El independentismo rescata el pacto de 'Pedralbes' en plena negociación de la investidura de Sánchez 

Foto de archivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el de la Generalitat, Quim Torra; la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; la ministra Meritxell Batet; el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y la consellera Elsa Artadi
Sánchez y Torra posan con miembros de sus respectivos ejecutivos.
GOVERN - Archivo
Foto de archivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el de la Generalitat, Quim Torra; la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; la ministra Meritxell Batet; el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y la consellera Elsa Artadi

Casi un año después de que Gobierno y Generalitat firmaran la declaración de Pedralbes, este documento cobra ahora más relevancia que nunca. Las formaciones independentistas y en concreto ERC, con 13 escaños, pueden ser determinantes en la investidura de Pedro Sánchez -una vez el PSOE ha descartado prácticamente cualquier acuerdo con el PP y Ciudadanos- y Pedralbes es, en palabras de los republicanos, el punto de partida para las negociaciones.

Este lunes, miembros del Gobierno central y del autonómico estarán presentes en los premios Carles Ferrer Salat organizados por Foment del Treball. Es esta patronal quien consiguió sentar el 20 de diciembre del pasado año en la misma mesa a Pedro Sánchez y a Quim Torra tras su reunión en el Palacio de Pedralbes y en esta ocasión vuelve a ejercer de mediadora

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el vicepresidente, Pere Aragonès, iban a coincidir el lunes con las ministras en funciones Nadia Calviño, Margarita Robles y Maria Jesús Montero. Pero Torra, que este lunes declaraba ante el TSJC acusado de desobediencia, ha declinado a última hora su asistencia prevista.

Torra recibió hace un año a Sánchez en el Palacio de Pedralbes en un encuentro al que acudieron tanto la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, que se reunieron en paralelo con la consellera de Presiencia Elsa Artadi y el vicepresidente Pere Aragonés.

De ese encuentro salió una declaración conjunta en la que Gobierno y Generalitat coincidían en la existencia de un "conflicto sobre el futuro de Cataluña" y, aunque manifestaban sus diferencias sobre el "origen, naturaleza o sus vías de resolución", compartían "su apuesta por el diálogo efectivo que vehicule una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana".

En el documento firmado, apostaban por potenciar los espacios de diálogo que "permitan atender las necesidades de la sociedad y avanzar en una respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña" y se comprometían a hacer posible este diálogo. También salió de aquel encuentro la polémica figura del relator. "Se debe recuperar esa figura de mediador, del relator, que debe ayudar a vestir un proceso de negociación serio y creíble", dijo ayer Torra. 

Después de aquello los independentistas dejaron caer los Presupuestos y, con ello, al Gobierno, lo que provocó nuevas elecciones y un bloqueo institucional que a día de hoy, tras volver a sacar las urnas, Pedro Sánchez se propone solucionar con el apoyo de ERC. 

Si bien la formación republicana se mantiene en el no, confía en que los próximos encuentros con los socialistas lleven a buen puerto y para apuestan por una mesa de negociación. "El pacto de Pedralbes puede ser un buen esquema y un punto de partida", señaló hace unos días el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés.

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, a diferencia de las palabras que mantenía el resto del Ejecutivo hace solo unas semanas, antes de las elecciones, que argumentaban que el Gobierno no podía sustentarse sobre quienes no quieren sostener el orden constitucional y la unidad territorial de España, ha subrayado este lunes que a los partidos independentistas "también les toca velar, de la manera que consideren oportuno, por la necesidad de un país" de tener "un gobierno pronto".

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