Los orificios que en los hombres son dos, en las mujeres son tres: el uretral, el vaginal y el anal. Supera tus reparos y ascos. A veces el placer va unido al morbo y a la exploración de zonas oscuras… ¿Por qué no?
Te propongo un paseo por una zona de la que sale la orina. Pero no sólo a esto debe su fama.
¿Has oído hablar del punto U? Pues se encuentra ahí mismo, es este pequeñísimo espacio, pero muy sensible, que por sí mismo puede desencadenar un orgasmo.
No se te ocurra introducir nada en su interior.
Pero si vas a estimularlo pregúntale primero cómo se siente; algunas mujeres tienen una desagradable sensación de ganas de orinar cuando les tocan en ese punto.
Explorando el terreno
La entrada de la vagina la encontraras cuando tu amante esté verdaderamente excitada,
te parecerá muy elástica y notarás que de ella sale abundante líquido; aunque tú creas que sí, no es este el momento de la penetración.
Sólo quiere decir que sigas explorando y esperes a no volverla a encontrar.
Rodéala con tus dedos y juguetea en su entrada, pero de momento no introduzcas nada. No se te ocurra meter nada afilado en su interior, ni soplar. ¡Hay gente para todo!
El ano no tiene más misterio.
Es igual que el tuyo, una abertura hacia el recto. Antes de tocarlo consúltaselo, algunas mujeres se sienten muy incómodas con su caricia.
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