Una perra se queda ciega por el estrés causado durante unos fuegos artificiales

  • Su dueña ha dado a conocer ahora el caso de Suzy para pedir que se revisen las normas sobre el uso de la pirotecnia.
Imagen de la perra Suzy.
Imagen de la perra Suzy.
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Imagen de la perra Suzy.

La historia de Suzy, una perra escocesa cruce de un labrador que se quedó ciega después del estrés que le causaron unos fuegos artificiales, ha vuelto a abrir el debate sobre cómo afecta la pirotecnia en los animales.

A pesar de que el incidente de Suzy ocurrió hace cuatro años, su caso ha visto la luz ahora que su dueña, Margaret Adams, de 85 años, lo ha dado a conocer y se ha sumado a una campaña en la red para pedir que se revisen las normas sobre el uso de fuegos artificiales.

Tal y como ha explicado Adams, residente en la localidad de Kilmarnock, en declaraciones al diario Metro, cuando empezó el espectáculo pirotécnico Suzy comenzó a "subirse por las paredes" y a "esconderse en rincones oscuros".

Sin embargo, no fue hasta al día siguiente cuando vio las consecuencias. "Sus ojos estaban diferentes, así que la llevé al veterinario (...). Tiene glaucoma en ambos ojos, no puede ver nada", ha contado a ese medio británico.

Cuatro años después de lo ocurrido, Suzy sigue sufriendo las secuelas de aquella, según ha denunciado su dueña. "No puedo calmarla. Tengo una camiseta antiansiedad para ella y suplementos del veterinario para tratar de mantenerla tranquila", ha asegurado Adams a la radio local West FM.

"No quiero privar a otras personas de lo que les gusta hacer, pero desearía que lo hicieran dentro de un espacio de tiempo para que podamos estar preparados y los perros no se asusten. O cualquier persona, no solo los animales", ha añadido la dueña de Suzy.

La perra fue un regalo de su hija tras la muerte de su marido, por lo que desde el principio ha sido "una roca" para Margaret Adams. "Me dio apoyo en momentos terribles, era mi compañera. Todavía lo es, pero un modo diferente. Ahora la estoy cuidando yo más que ella a mí", ha agregado.

El caso de Suzy no es el único. Molly, un cachorro de terrier de solo 18 semanas de vida, falleció esta semana tras sufrir un ataque al corazón por culpa de unos fuegos artificiales en South Yorkshire, según ha denunciado su dueña, Susan Paterson, en un post publicado en Facebook.

En la plataforma Change.org, una petición iniciada por Julie Doorne ha recogido ya más de 560.000 firmas para pedir que se revisen las regulaciones sobre el uso de fuegos artificiales y restringir aún más su uso.

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