Los vestigios descubiertos en las catas arqueológicas iniciales, según la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura, abarcan desde la época romana hasta la época contemporánea, pasando por la alta edad media y las distintas épocas musulmanas, incluyendo la propuesta la conservación in situ de los mismos.

La propuesta técnica de conservación in situ se refiere concretamente a los vestigios de un pórtico de época republicana de la antigua Hispalis romana, cuya identificación visual es evidente a pesar de conservarse sólo las cimentaciones, por lo que resulta fácil su restitución y puesta en valor.

Dicho pórtico es integrado en los sótanos del nuevo edificio proyectado, mediante la restitución volumétrica en toda la altura del primer orden de la columnata que configuraba la fachada oriental del citado elemento arquitectónico de carácter histórico, "lo que supondrá poder disfrutar de una idea bastante ajustada de la potencia de la edificación romana".

Esta operación de integración de los restos en la obra nueva no solo supone el rescate de una tipología de construcción romana desconocida hasta el momento en Sevilla capital, sino también el significado de su propia existencia, auténtico hallazgo histórico para la ciudad por la posibilidad de comprender el modelo establecido de la antigua Hispalis romana.