"Es una obligación moral acabar con el impuesto de la muerte. La agobiante presión fiscal que sufren los ciudadanos les lleva a pagar hasta para morirse. Los impuestos de sucesiones y donaciones no son más que meter la mano en el bolsillo de los muertos", ha declarado Salvá.

Además, ha considerado que es "una falacia" el hecho de que la supresión de los impuestos "beneficia a los ricos", ya que, según ha explicado, "al rico de verdad no le supone un esfuerzo, es a la clase media, a los trabajadores a los que se tritura con este afán recaudatorio".

"Una persona que trabaja toda la vida para dejar una casa y un dinero a sus hijos ya ha pagado impuestos, hacer que sus herederos tengan que volver a pagar es una indecencia, además de una doble tributación que contradice nuestras leyes. Es una anomalía que debe ser subsanada", ha apuntado.

En el mismo sentido se ha expresado la candidata al Senado por Mallorca, Manuela Cañadas, sobre las plusvalías que se pagan en los ayuntamientos por la venta de inmuebles. Ha calificado el pago de plusvalía como "un vestigio del pasado, de cuando los ayuntamientos necesitaban ingresos ante la falta de financiación".

Ha insistido en que "no tiene sentido pagar plusvalías" porque "penaliza y perjudica a los jóvenes y a las familias con menos recursos que intentan comprar una casa". "Es pagar por pagar, puro afán recaudatorio", ha dicho.

"Las políticas de la izquierda siempre pasan por que el ciudadano se convierta en vasallo y pague impuestos. El progresismo es poner cada vez más difícil que se pueda acceder a la vivienda", ha apostillado Cañadas.