Para intentar controlar las fugas, la compañía tiene dividida su red de abastecimiento en 40 zonas, cada una con un contador de cabecera. Si los datos no cuadran –posibilidad de fuga–, Emasagra envía a sus técnicos para detectar el lugar exacto del escape.
También dispone de correladores: captadores de sonido instalados en los extremos de las tuberías, que localizan la fuga por el sonido que emite el agua que se filtra y hallan el punto exacto para repararlo.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios