Estos datos suponen un déficit de financiación en Castilla y León del 0,15 por ciento del PIB, frente al 0,74 por ciento que se alcanzó en los siete primeros meses de 2015, pero por encima de la media de las comunidades autónomas (830 millones de euros y un 0,07 por ciento del PIB).

Se trata, tras Cataluña y Valencia, del menor porcentaje de déficit sobre el PIB de las comunidades autónomas si bien hay que tener en cuenta que en siete hoy superávit: Baleares (0,87 por ciento del PIB), Canarias (0,63), Asturias (0,56), Galicia (0,19), País Vasco (0,15) Andalucía (0,08) y La Rioja (0,07).

Según la evolución del déficit publicada este martes por el Ministerio de Hacienda, en enero Castilla y León contaba con una capacidad de 9 millones de euros mientras que los déficit se han computado en los meses de febrero (-52 millones), marzo (-93 millones), abril (-138 millones), mayo (-227 millones), junio (-463 millones) y julio 8-82 millones).

A nivel nacional, el déficit público, excluidas las corporaciones locales, se situó en 34.484 millones de euros hasta julio, el equivalente al 3,09 por ciento del PIB, al tiempo que el déficit del Estado hasta agosto ascendió a 31.091 millones de euros, el 2,79 por ciento del PIB.

En concreto, la Administración regional ha reducido su déficit en un 90,3 por ciento en los siete primeros meses del año, con un resultado negativo de 830 millones. En términos de PIB, el déficit autonómico se sitúa en el 0,07 por ciento en julio frente al déficit del 0,80 por ciento registrado en el mismo periodo de 2015.

Esta evolución se debe, entre otras causas, a la liquidación definitiva de 2014 con un saldo a favor de las comunidades de 7.666 millones, mientras que la liquidación definitiva de 2013 resultó también favorable a las mismas pero por una cuantía menor, de 1.750 millones.

A su vez, los fondos de la Seguridad Social han obtenido un déficit de 5.863 hasta julio, equivalente al 0,53 por ciento del PIB. En este subsector destaca la evolución de los ingresos por cotizaciones sociales con un crecimiento del 3,2 por ciento hasta julio, triplicando la tasa registrada en el mismo periodo de 2015 cuando el crecimiento de las cotizaciones se situaba en el 1,1 por ciento.