En esta ocasión, además de la interpretación de su tradicional charrada, ha tocado desde la campana de 'María de la O', el 'Himno de la Alegría' y 'Viva la gente', con el deseo de "transmitir alegría en momentos de crisis política, religiosa, cultural y económica".

Así ha cumplido con una tradición que recuperó en el pasado siglo y que recuerda a la familia de 'los mariquelos', que era la que se encargaba de cuidar el templo y que cumplió con el cometido de subir a lo alto de la torre para ver si había sido afectada por el terremoto del 31 de octubre de 1755 en Lisboa.

Asimismo, en su "acción de gracias", 'El Mariquelo', de 56 años y con su deseo de continuar con la tradición "hasta que la salud lo permita", ha pedido desde lo alto por las personas que han sufrido un ictus, por aquellas que hacen frente a las conocidas como "enfermedades raras" y por la labor de la asociación del alcohólicos rehabilitados de Salamanca.

Previamente a su trigesimotercera subida, Rufino de Haro ha llegado al Puente Romano y se ha acercado al centro de la ciudad acompañado por otros cuatro jinetes, además de personas con trajes tradicionales procedentes de desde distintos puntos de España, además de algunos representantes de Portugal y Francia.

Así la comitiva ha acudido hasta la Plaza del Corrillo, donde se ha reunido con otro grupo de folcloristas salmantinos para iniciar la marcha conjunta hasta la Plaza de Anaya, en torno a las 11.30 horas.