Los vehículos caseros han recorrido las calles de la localidad castellonense de Tírig para el deleite de los vecinos. Con mucha imaginación y algo de mecánica, los vecinos de Tírig fabrican cada año los coches con los que recorren las calles del pueblo en la semana de las fiestas patronales.
La única condición es que los vehículos no pueden llevar motor ni pedales, sólo pueden ser empujados y dejarse llevar por las cuestas del pueblo.
Este año han participado nueve "coches locos". Un tanque, un kiosco móvil, una mosca o un trienio de nieve, todos propulsados por la fuerza de los vecinos de esta localidad de Castellón.
Uno a uno, los "coches locos" han recorrido las calles de esta población para deleite de los vecinos. Todos los coches son fabricados con materiales reciclados procedentes de bicicletas viejas, juguetes o chatarra.
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