Liam Cunningham, de 'Juego de Tronos': "Para ser actor tienes que ser un poco estúpido"

Liam Cunningham, durante la presentación en Madrid de la exposición sobre 'Juego de Tronos'.
Liam Cunningham, durante la presentación en Madrid de la exposición sobre 'Juego de Tronos'.
GTRES
Liam Cunningham, durante la presentación en Madrid de la exposición sobre 'Juego de Tronos'.

El actor británico Liam Cunningham interpretó a Sir Davos Seaworth en la serie Juego de Tronos, de la HBO, uno de los rodajes más duros que se hayan hecho para televisión y a la vez, uno en el que cualquier actor querría haber estado. Porque, según cuenta Cunningham para ser actor no tienes que quererlo, tienes que necesitarlo. El intérprete ha pasado por Madrid para la inauguración de Juego de Tronos: La exposición oficial, que abre sus puertas en Madrid este sábado.

¿Qué tiene esta exposición que triunfa? Se trata de una historia sobre familia y sobre la naturaleza corruptora del poder. Es una serie que tiene algunos de los personajes más bonitos que se han visto en una pantalla y la calidad de la narrativa es excepcional. Es una serie escrita por adultos y para adultos, no es condescendiente. Cuando empiezas a ver la serie tienes que activar el cerebro porque te exige mucho y está llena de sorpresas. Como actor quieres contar buenas historias y esta es una de las historias más increíbles que he podido contar.

¿Guarda objetos de la serie? Sí, me porté fatal (risas). Tengo muchas cosas: una espada dothraki, arcos, los huesos de mis dedos en una bolsita de cuero, el ciervo de madera que talla Davos, una pieza de vidriagón… Mi hija lo tiene todo puesto en un expositor en lo que ella llama la pared de las maravillas.

¿Cuán importante es el vestuario y la localización para un actor? Extremadamente importantes. Tratamos de mantener las imágenes generadas por ordenador al mínimo aunque obviamente hay que usarlo cuando estás creando ciudades o castillos como los de Desembarco del Rey. Cuando haces una película muchas veces sólo llevas un traje durante unas semanas, pero estos trajes se han hecho para que duren nueve años, por lo tanto tenían que ser de verdad. Tienes una capa que pesa muchísimo y una espada y te sientes bien. Lo mismo pasa con las localizaciones, hace que sea más fácil para tu imaginación ser parte de una realidad.

¿Cuál fue el primer escenario que visitó en Juego de Tronos? Mi primer día de rodaje fue una escena con Stanis (Stephen Dillane) y Melissandre (Carice van Houten) y estábamos en la playa, en mitad de la noche, con mucho frío. Ahí salía la espada flamígera. Era una escena muy larga y muy complicada. Carice tenía frío constantemente porque su vestido no llevaba ni una capa y ella tenía muchísimos diálogos. Lo llamamos el bautismo de fuego. Fue difícil, pero a los actores nos gustan los retos. Fue la escena en la que supe que iba a ser un trabajo maravilloso.

¿Maravilloso pero de los que te alegras de que acaben? No, realmente, no, es curioso. Cuando la gente me dice que quiere ser actor les digo que no es suficiente, sólo eres actor cuando necesitas serlo y para eso tienes que estar dispuesto a lidiar con rechazos, con proyectos que no salen… hay tantas malas noticias en este sector que te tiene que apasionar, tienes que ser un poco estúpido y seguir dándote con la cabeza en un muro una y otra vez. Te tiene que gustar mucho contar historias, tener mucha imaginación. Y con suerte tienes una carrera. Y cuando estás con frío en mitad de la noche, o muerto de calor en Sevilla, con un chaleco refrigerante oculto para no desmayarte, se hace pequeño porque eres feliz con lo que haces.

¿Cuál es la pregunta que más le hacen los fans? Nos preguntan todo el rato que qué nos parece la temporada ocho (gesto de aburrimiento). Otra cosa que preguntan mucho si nos da pena que se haya terminado.

¿Y les apena? Es importante que esta serie haya tenido un principio, un desarrollo y un final. Al ser una serie tan popular podría haber tenido cinco o seis temporadas más, pero habría sido injusto con el público, aunque no hubieran querido que nos fuéramos. Todos conocemos series que fueron brillantes al principio y que como generaban dinero siguieron eternamente y acabaríamos diciendo: “madre, esto no se acaba nunca”. Es como los Beatles, si no se hubieran separado, ¿seguiríamos hablando de ellos? Juego de Tronos ha acabado cuando tenía que acabar, llegamos al final de la historia.

Usted ha rodado en España, la última vez hace muy poco, con 'Way Down', ¿cómo fue la experiencia? El motivo por el que vine aquí era la potencia del guión, se trataba nada menos que de atracar el Banco de España y me encanta ese género, el de atracos. Hemos rodado en las calles de Madrid, en la plaza de la Cibeles, en el edificio de Metrópolis… es una experiencia increíble. En las mejores ciudades siempre hay que hacer una película. Terminamos la película en Barcelona, en el Mediterráneo y era un placer ir a trabajar todos los días. Si alguien quiere darme un trabajo en España que se lo mande a mi agente que estaré encantado de repetir.

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