Cuando Kallie Bender nació el pasado 24 de mayo en Phoenix (Arizona, EE UU), los médicos quedaron sorprendidos por el estado físico de la recién nacida: su peso era de 370 gramos, y su estatura, inferior a la de una muñeca Barbie, según informa el diario Mirror.
Teniendo en cuenta que había nacido varias semanas antes de lo habitual, y en su estado, los médicos auguraban una vida de esperanza muy corta para la pequeña; sin embargo, después de casi cinco meses en el hospital, un nuevo y milagroso panorama ha cambiado por completo la situación.
Kallie pesa ya más de tres kilos y ha sido capaz de sobreponerse a su complejo nacimiento, que ya venía anticipado cuando su madre supo que su embarazo era de algo riesgo como consecuencia de la alta presión arterial. La pequeña, incluso, ha sido operada de un problema cardíaco en una complicada intervención que, pese a todo, ha concluido con éxito.
Ahora, la pequeña, tras haber dado una lección de fuerza y superación, ya vive feliz en su nuevo hogar junto a su familia y sus tres hermanos mayores, todos chicos hasta ahora.
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