La Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de Valencia también envió a sus técnicos. Además, el caso movilizó a varias asociaciones de defensa de los animales.

Sin embargo, para cuando unos y otros llegaron, el animal ya se había esfumado.

Al parecer, el dueño del establecimiento, quien ha preferido mantener el anonimato, lo retiró el mismo miércoles por la tarde después de estar exhibiéndolo en la entrada durante medio mes, según los vecinos. Algunos de ellos se habían quejado de que obstaculizaba el paso, de que se pasaba ocho horas al sol y de que hacía sus necesidades en la calle.

La presidenta de la asociación Arcadys, Emilia Pastor, calificó los hechos como «algo inmoral y delictivo». Además, señaló que «la venta de animales exóticos debería considerarse ilegal».

El propietario rehusó la invitación de este diario a pronunciarse sobre la polémica, pero sí quiso hacer un llamamiento a los vecinos del barrio de Patraix: «No han dado una visión imparcial de los hechos y no tienen razón».

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