La presentadora todoterreno de Cuatro conduce junto a Joaquín Prat el magacín Visto y Oído. Un programa que nace con la vocación de hacer las tardes de la cadena no sólo en verano sino durante todo el año.

Los reporteros del programa se van al hipódromo de fiesta y a la playa...

Es verdad que algunos redactores de este programa viven muy bien, pero también es trabajo. Los que hemos hecho reporterismo sabemos que, aunque vayas al sitio más bonito del planeta a hacer la entrevista que más quieres, es muy duro porque estas trabajando.

Hay quien opina que los programas de la por la tarde convierten los sucesos de actualidad en espectáculo televisivo.

Personalmente, creo que nosotros intentamos no hacerlo. El error es caer en el sentimentalismo, buscando la lágrima fácil. Yo no estoy a favor de convertir el dolor en un espectáculo, pero si se habla de dolor hay que tratarlo con respeto y desde la emoción, no desde la impasibilidad.

Tiene algún hábito o manía que haga antes de presentar los programas.

Intento sobre todo que la llegada a plató sea lo más relajada y cómoda posible dentro del estrés que hay. Soy de las que aparece con las chanclas puestas y la pinza en el pelo.

¿Qué recuerdos guarda de su etapa en Informativos?

Recuerdo esos años llenos de tropezones pero con el encanto y la ternura de cualquiera que empieza a hacer algo. Para mí haber hecho informativos fue muy importante porque es una escuela espectacular y me reafirmó en la sensación de que esta profesión es lo más grande del mundo. Antes que nada yo soy periodista.

¿Qué echa de menos de todo aquello?

El pulso con la actualidad lo echo de menos aunque con Visto y Oído no lo he perdido del todo y me pone mucho eso de ‘acaba de pasar algo'. El que ha trabajado en informativos tiene un enganche muy fuerte de la actualidad. Una dependencia tremenda que no se pierde.

¿Se puede decir que su etapa en Cuatro es más desenfadada?

He tenido la gran suerte de hacer siempre productos que tienen una especie de sentimiento de servicio público siendo una cadena privada.

¿Qué programa no haría nunca Raquel Sánchez Silva?

Uno en el que mintiese y se inventase cosas haciendo daño a las personas.

¿Se ha encontrado con muchos lobos feroces en sus años de profesión?

Me he encontrado alguno lobo y le he saludado de lejos. En la televisión hay muchos lobos, pero también príncipes y buena gente.

Super human, Idénticos.... ¿es usted una experta en programas extraños?

No, lo que pasa es que me ha tocado torear toros nuevos y unas veces me ha salido bien y otras no, pero a mí me gusta que la cadena me haya encomendado hacer cosas distintas.

¿Qué es lo peor que le ha pasado en un directo?

Perder los nervios porque dejas de disfrutarlo.

¿Cómo lleva las críticas?

No leo ni las buenas ni las malas. Lo hice una vez hace mucho tiempo y me encontré cosas que me hicieron sentir muy mal. La televisión es mi trabajo, no mi vida.

¿Quién es para usted el personaje masculino de ficción más sexy?

House es sexy y el actor que lo interpreta también. Aunque el cirujano plástico de Anatomía de Grey está para invitarlo a un chocolate con churros también.

¿Para cuando el próximo libro?

Cuando le coja el tranquillo a Visto y Oído.