¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de Bilbao?

Yo nací en el Casco Viejo de Bilbao, jugaba a iturris y al marro en la Plaza Nueva, a chapas con billetes del tren de Las Arenas y me iba de ‘aventuras' por las Calzadas de Mallona. En mi memoria infantil ese paisaje está muy presente.

La mejor banda sonora para disfrutar de la ciudad es...

Bilbao está tan parque temático que cualquiera de las que ponen en las barracas. No, no lo aguantaría. Alguna de Tom Waits.

Cuando cierra los ojos y piensa en Bilbao, ve...

Veo el puente peatonal junto al Mercado de la Ribera. Ahora vivo al lado, y es un paisaje con el que me encuentro a menudo.

¿Qué época le sienta mejor a la ciudad?

Creo que ahora todas.

¿A qué huele Bilbao?

A pintura, a tubos de escape, a obras. Un raro olor a nuevo. También huele a crédito hipotecario.

¿A qué sabe?

A Eroski, a cosa china distribuida en Elorrio, a ropa que destiñe...

Las mejores vistas están en...

En Artxanda, eso no ha cambiado.

Ama Bilbao...

Por su pequeñez, nada está lejos.

Pero le desquicia...

La falta de teatros. Se han cerrado muchos.

¿Cuál fue su último viaje en Metro?

Ayer, pero no soy usuario habitual.

¿Qué edificio bilbaíno no se cansa de admirar?

El Mercado de la Ribera.

Recomiende una película ambientada en Bilbao.

Todo por la pasta, de Urbizu; o una que yo protagonizaba: Entre todas las mujeres, de Juanma Urtuoste.

¿Y un libro?

Recuerdos de mi niñez y mocedad, de Miguel de Unamuno.

¿Cómo es el bilbaíno?

Me niego a hacer un cliché. Es diverso, afortunadamente.

Cuando está fuera, ¿qué es lo que más echa de menos?

Las ventanas de mi casa.

¿En qué lugar le gustaría que esparcieran sus cenizas?

Sobre las chaquetas de algunos encargados de la gestión cultural, más que nada para seguir jodiendo después de muerto.

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