Gran parte de los enfermos que llenan a diario las salas de espera de las urgencias de los hospitales de nuestra ciudad no requieren una atención sanitaria inmediata.

El responsable de las Urgencias del Virgen de las Nieves, Juan Roca, asegura que el 40% de los pacientes que pasan por estos servicios de urgencia podrían ser atendidos en otros niveles. Los centros de salud o algunos de los tres Dispositivos de Cuidados Críticos y de Urgencias (DCCU) que hay en la capital (Gran Capitán, Zaidín y La Chana) son algunos de estos recursos preferentes.

El Hospital Virgen de las Nieves, que engloba tres centros sanitarios (Ruiz de Alda, Materno Infantil y Hospital de Traumatología), recibe cada día una media de 700 pacientes en sus urgencias. Aunque según matiza el doctor Roca, hay picos horarios según los días de la semana y la estación del año.

«El día de mayor afluencia de enfermos es el lunes y el de menos, el sábado. Los domingos sube un poco, pero no llega a ser como un día de entre semana», afirma.

Estos flujos en la demanda hacen variar el tiempo de espera, que en el Hospital Ruiz de Alda está en 30 minutos de media. Si fueran sólo los que lo precisan, esta espera podría bajar a sólo 18 minutos.

En verano, con el fresco

Las demoras crecen en aquellos tramos horarios con más afluencia de pacientes. Además, las horas cambian según sea invierno o verano.

Cuando hace frío, los usuarios acuden en masa a las urgencias de 11 a 13.30 y de 15.30 a 21 horas. En la época estival estos picos se pasan a la noche y la hora punta se traslada a partir de la 1 de la madrugada. Si en una hora normal entran 10 pacientes, a estas horas puedan llegar 25.

Algunas ‘urgencias' que no lo son

«Hace un mes que...» La expresión con la que el paciente explica su dolencia al doctor deja claro la gravedad de la misma. Según el responsable de las urgencias del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, Juan Roca, muchos enfermos acuden comentando que hace varias semanas que les duele un ojo o que tienen un picor en la piel sin ni siquiera haber acudido a su médico de cabecera.

«He venido a Granada...» Es la excusa de los que viven en los pueblos. Aprovechan la visita a la capital para hacer unas compras para pasarse por el hospital y solucionar una patología leve que podría haber sido atendida perfectamente en su centro de salud de referencia.

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