Fueron cuatro niños, familiares de los integrantes del retén de Cogolludo que fallecieron el 17 de julio del 2005 mientras hacían frente a las llamas, los encargados de depositar flores en el monolito que recuerda a los 11 muertos.

Tras guardar un par de minutos de silencio, tomó la palabra el portavoz de los familiares de las víctimas, José María Manteca, que en primer lugar quiso agradecer la presencia a los asistentes, instándoles a asistir después a la misa funeral que se celebrará más tarde.

A este acto, organizado por la Asociación de Familiares de las Víctimas del Incendio de Guadalajara, asistieron el alcalde de la ciudad, Antonio Román, que estuvo acompañado de ediles de su formación, y del diputado nacional popular Ramón Aguirre.

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