La new wave y el post-punk, a examen

Acaba de editarse New Wave y Post Punk: 1978-1984. El libro, escrito por David Álvarez, Paco Fernández, Juan Corral (quien además es el editor del libro), Ivar Muñoz-Rojas y Dani Cabezas (periodista de Cultura de 20 Minutos y que mantiene un blog sobre música, Entrada gratuita ), analiza con ironía y sentido crítico a los grupos más influyentes de las últimas décadas.
Blondie, uno de los grupos representativos de la new wave.
Blondie, uno de los grupos representativos de la new wave.
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Blondie, uno de los grupos representativos de la new wave.

El libro pretende repasar los principales hitos de la música que vino después del punk, a menudo menos conocida, pero cuya importancia es incuestionable. Puede que grupos como Pere Ubu, Killing Joke, A Certain Ratio, The Fall, Gang of Four o Cabaret Voltaire nunca hayan saboreado las mieles del éxito comercial, pero su impronta en la música moderna no puede ser obviada.

Parece que hay acuerdo en fechar la defunción del punk en el concierto que dieron los Sex Pistols en San Francisco (1978), cuando un desencantado Johnny Rotten preguntó al público si nunca se habían sentido estafados. En ese momento es cuando entra en escena el post-punk, un estilo que no siempre es apto para todos los públicos y que muchos de los seguidores del punk no vieron con buenos ojos.

New Wave y Post Punk: 1978-1984 documenta de forma bastante exhaustiva todos los géneros y subgéneros que se produjeron en esa época. Desde el post punk a la no wave neoyorquina, pasando por la música gótica, el synth-pop y el hardcore. Al respecto, los autores cuentan que pretendían «enfocar el texto desde la perspectiva de varios jóvenes españoles que no vivieron en primera persona la efervescencia punk, y además escapando de la inevitable coyuntura británica». De hecho, uno de los aciertos del libro es, precisamente, la atención que se presta a otras escenas sobre las que no se ha escrito tanto. «Varias de las sub-ramas del post-punk disfrutan de poca documentación bibliográfica y videográfica, como por ejemplo la música industrial o la no wave. El resultado demuestra que hemos llenado un vacío importante», afirman los autores.

Mención aparte merece el apéndice dedicado al fenómeno en España: Derribos Arias, Glutamato Ye-Yé, Alaska, Siniestro Total y Las Vulpess son algunos de los nombres que se mencionan en este capítulo.

Sin duda, otro de los aciertos del libro es el de confrontar a las nuevas generaciones de grupos con sus referentes: Kaiser Chiefs, Franz Ferdinand, Hot Hot Heat o Interpol son algunos de los grupos deudores del post-punk y la new wave, aunque no siempre estén por la labor de reconocer dicha influencia. Aunque los autores puntualizan: «muchas de las bandas que hoy en día se meten dentro del saco del revival post punk tienen influencias dispares que no siempre están necesariamente relacionadas con la new wave. Y en los casos en los que las similitudes son evidentes, no siempre es justo un descrédito por ello. Al fin y al cabo, casi todo está inventado en el mundo del rock, y quien más quien menos bebe de algo que alguien ya hizo hace 10, 20 o 30 años».

Pero sin duda, el mayor valor de New Wave y Post Punk: 1978-1984 es el de acercar al público español un fenómeno que ha sido documentado con creces en inglés (baste pensar en obras como Rip it up, de Simon Reynolds), pero del que bastante poco se ha escrito en nuestra lengua. Y todo, contado desde la perspectiva que se tiene aquí del fenómeno, citando los conciertos que los grupos han dado por nuestras salas y documentando su relación con el público y los medios de aquí. Todo un acierto.

New Wave y Post Punk: 1978-1984 está editado por T&B.

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