Los padres del niño de un año y 11 meses que el pasado domingo murió en el hospital Virgen del Rocío a causa de una meningitis del tipo B, tal y como contó 20 minutos en su edición de ayer, van a emprender acciones legales contra las clínicas de Fátima y Sagrado Corazón, donde primero fue atendido el menor, por un presunto caso de mala práctica profesional de los dos pediatras que lo vieron.

La familia, que vive en Las Pajanosas, ha contactado con la asociación Defensor del Paciente. Y ésta ha enviado a la Fiscal Jefe de Sevilla, María José Segarra, un escrito en el que pide «una investigación y que se depuren responsabilidades» al creer que «la atención médica no fue la correcta y que se pudo incurrir en un error grave de diagnóstico».

Según el relato del padre del menor, J. L. G. P., «a las 05.19 del domingo acudimos a la Clínica de Fátima porque José Luis tenía una fiebre muy alta y había vomitado. La pediatra que lo atendió le diagnóstico un síndrome febril de corta evolución y nos dijo que le diéramos Apiretal o Dalsy y que si los síntomas persistían volviéramos al médico». Datos que corrobora la hoja de urgencias emitida y firmada por la pediatra.

La familia regresa a Las Pajanosas y el niño no mejora. Incluso empieza a presentar manchas en la piel. Acuden entonces a la Clínica Sagrado Corazón, donde ingresa a las 11.21 h. Otro pediatra hace el mismo diagnóstico: síndrome febril de corta evolución. Y le da parecidas recomendaciones: si la fiebre persiste, medicarlo con antitérmicos.

«Mi mujer le dijo que ella había tenido meningitis y que los síntomas eras similares. La respuesta del médico fue que estaba loca y que el niño no tenía esa enfermedad», explica el padre.

«Horas después, a las 16.30, mi hijo falleció en el hospital Virgen del Rocío. Los médicos nos dijeron que había llegado muy mal, que tenía una infección muy grave en la sangre y que el corazón se le había parado dos veces», lamenta.

"Una correcta actitud médica"

El doctor Marcos Méndez, director médico de la Clínica de Fátima, dice que «ha sido algo trágico. Es una enfermedad gravísima y que muchas veces no da la cara hasta que ya es tarde. Es factible que el niño hubiera fallecido aunque se le hubiera ingresado de inmediato en la UCI». Y asegura que «lo atendió una pediatra sevillana veterana y muy cualificada. Y su actitud médica fue correcta». Por su parte, la clínica Sagrado Corazón no ha hecho declaraciones en relación a la actuación del facultativo que examinó al pequeño amparándose en la ley de protección de datos y no tener la autorización de los padres del niño para hablar del asunto.

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