Greenpeace ha denunciado que la Expo de Zaragoza incumple sus propias normas y está utilizando en algunas de sus construcciones y edificios madera tropical que podría proceder de talas ilegales, a pesar de que la muestra tiene como objetivo la eliminación total de componentes fabricados con este tipo de madera.

Los ecologistas aseguran que en las obras de Ranillas se han utilizado maderas tropicales de origen amazónico como massaranduba y sucupira, tanto en las mismas oficinas de la muestra como en el Acuario Fluvial, el puente de acceso a la Expo desde la estación del AVE y otras localizaciones.

Greenpeace asegura que los organizadores de la Expo se justifican diciendo que la madera tropical poseía un certificado forestal de gestión sostenible. Sin embargo, explican que la empresa fabricante, Maderas Quinteta S. L. (en Orense), niega que la madera que ellos han suministrado tenga este certificado.

Dado que el 80% de la madera que se extrae en la Amazonia es de origen ilegal, Greenpeace considera que "la probabilidad de que en la Expo se haya utilizado madera de origen ilegal es muy alta".

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