Muchos ciudadanos se animan cada vez más a donar parte de sus vacaciones a ayudar a los demás. Pero la mayoría miran a países lejanos y se olvidan de que aquí, desde Valladolid, también pueden hacer mucho.

Una de las opciones es convertirse en voluntarios para acompañar en sus vacaciones a los discapacitados intelectuales con los que trabaja Asprona. «Lo que queremos es que ellos tengan la misma oportunidad que cualquiera de disfrutar de un tiempo de descanso», aseguró Rebeca Sanz, de esta asociación.

«Lo más importante es la experiencia que tienes en estos días. Poca gente sabe de lo que son capaces las personas con esta discapacidad y es sorprendente», añadió Sanz.

Requisitos

A la experiencia se suma también la satisfacción de saberte útil y querido. Para conseguir estos dos premios puede apuntarse en la asociación (c/ Expósitos, 4), llamar al 983 33 88 11, mandar un mail a ociodeportes@asprona-valladolid.es o entrar en www.asprona-valladolid.es para informarse.

Los requisitos son sencillos, tener más de 18 años y un pensamiento positivo y lo que se ofrece a cambio es un seguro de accidentes, un carné de voluntario y todos los gastos pagados durante los 8 o 10 días que dura el viaje.

Barcelona, Zarauz, Valencia o Berria, cercano a Santoña, son algunos de los destinos de estas vacaciones. «Nos organizamos por grupos pequeños en los que van profesionales que se encargan de enseñar a los voluntarios», informó Sanz. «Nos organizamos en función de las necesidades de los viajeros y de los discapacitados», dijo.

Lo que está claro es que en estos viajes la responsabilidad de los acompañantes es grande, pero nunca se sentirán solos. «Normalmente vamos a albergues porque se adaptan más a nuestras necesidades». «Muchos de los que viajan tienen un ritmo imparable y quieren zonas con mucha marcha para salir y divertirse», informó Rebeca.

Este verano se moverán 195 personas, 60 de ellos voluntarios y 36 cuidadores profesionales.

Discapacitada de 45 años y voluntario de 47.

«Hay que animarse y vivir la vida»

Vive en una de las casas de Asprona y este año se marcha de vacaciones a Barcelona. «Nos lo pasamos muy bien. Hay que animarse y vivir la vida», asegura. Ella, como sus compañeros, están encantados con los voluntarios. «Hablan con nosotros y nos ayudan con lo que necesitamos. Son muy majos».

«Recomiendo a todos que vivan esto»

Lleva 5 años de voluntario con Asprona y dije que en ello «no hay nada malo, todo es positivo». Llegó tras trabajar con ancianos y reconoce que la primera experiencia aquí fue «un poco dura» pero le recompensa su labor. «Recomiendo a todos que vivan esto. Yo seguiré siendo voluntario mientras tenga fuerzas».

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