Rock clásico y sincero

Este nuevo trabajo supone el regreso al mercado de Juan Aguirre y Eva Amaral, tres años después de Pájaros en la cabeza, con el que superaron el medio millón de copias vendidas en España.

El dúo destaca por la potente voz de la cantante y letrista y unos directos muy trabajados en los que ella disfruta al máximo, con un rock clásico y sincero.

A pesar de haber vendido casi dos millones de discos con sus cuatro trabajos anteriores, el dúo asegura que nunca le han dado importancia a las listas de ventas. Su quinto trabajo viene en formato doble, con 19 canciones, y con él Amaral quiere dar las gracias a sus incondicionales.

En Gato negro. Dragón rojo Juan Aguirre y Eva Amaral han tenido la ocasión de incluir estados de ánimo diferentes y de probar ritmos que en otros discos no habían probado, como el reggae.

También hay otro trocito de música instrumental que podría parecer una banda sonora. Gato negro. Dragón rojo son dos discos y están pensados para que se escuchen seguidos y en el orden de producción. El primer single, Gato Negro, es una canción que habla de atracción sexual. «Es la sensación de estar flipando con una persona y sentir que la has conocido en otro momentos, como si vivieras un déjâ vû. Habla de eso, del misterio del sexo, de la atracción. Es la canción probablemente más explícita que hemos escrito sobre esto», explican Amaral.

Y esa sensación de estar fliplando que los zaragozanos han plasmado en su primer single es lo que experimentará el público de Orihuela cuando la potente voz de Eva Amaral llene todo el escenario del recinto ferial y mucho más en plenas fiestas de Moros y Cristianos.

Despliegue de luz y sonido

Durante la gira que la compañía está realizando por España están sorprendiendo a su público con una potente banda arropada por un ambicioso despliegue de sonido y luz, con dos pantallas gigantes y varias franjas en semicírculo, que sirven para repasar sus grandes éxitos. En conciertos anteriores, Kamikaze y Tarde de domingo rara, han dado comienzo a un espectáculo en el que Eva, con un vestido minifaldero negro y botas con tacones de vértigo, ha transformado su inseguridad confesa en pura energía. Seguro que aquí también lo conseguirán.

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