De hecho, la mayoría se siente más cómodo quedándose a solas en su territorio que viéndose obligado a adaptarse a una nueva casa. Pero resulta imprescindible convencer a un amigo o familiar para que se acerque cada dos o tres días, le haga unos mimos y se asegure de que el minino tiene comida en abundancia, agua fresca, arena limpia y juguetes a su alcance. Si se ausenta con frecuencia, piense en tener dos gatos, para que se hagan compañía mutuamente.
El gato, de rodríguez
Los gatos son compañeros menos exigentes que los perros: no necesitan paseos, son más limpios y durante las vacaciones pueden quedarse solos en casa.
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