Llegaban a tierra después de una travesía de varios días en la que murieron 14 personas, entre ellos nueve bebés, cuyos cuerpos tuvieron que ser lanzados al mar. Francisco Vicente celebra hoy su cumpleaños con la resaca de haber dirigido a un equipo, "que en algunos momentos se vino abajo", que prestó atención a hombres y mujeres gravemente heridos, que en varios casos habían visto morir a sus hijos en un cayuco.

Horas después del rescate, ¿cómo vivió la llegada de los inmigrantes al puerto de Almería?

El de ayer ha sido el rescate más brutal de los últimos cinco años, el tiempo que lleva funcionando nuestro equipo de voluntarios de respuesta inmediata a emergencias (ERIE). Creo, por lo que he hablado con otros compañeros, que ha sido el más duro de los que se han sucedido en estos años en las costas españolas. A pesar de que en Canarias se han vivido situaciones muy complicadas, el número de muertos, especialmente bebés, de ayer lo convirtió en excepcional.

¿Cómo se encontraban los inmigrantes?

Estaban destrozados, además de la tragedia que habían vivido en alta mar, llegaron al puerto muy mal, se encontraban gravemente heridos. Su situación física era realmente mala y eso nos hizo enfrentarnos a una atención de una mayor dificultad. Fue dantesco.  

¿Este tipo de sesiones son habituales?, ¿cómo es el trabajo con los psicólogos?

La de mañana es especial y, a pesar de que mensualmente hacemos otras, de forma urgente únicamente se hacen en casos muy concretos, donde el rescate ha sido más duro de lo normal. Con las sesiones se intenta que ningún voluntario resulte muy afectado y lo que hacemos es hablar, contar nuestras sensaciones y sentimientos y compartirlos con el resto del grupo.

¿Y cómo son los voluntarios que ayer participaron en la asistencia a los inmigrantes?

El perfil es muy amplio, ayer tuvimos desde voluntarios de 18 años a otros de 68. Algunos son estudiantes, hay gente de todas las profesiones, otros no tienen trabajo o son amas de casa... Todos sabemos dar una manta y servir un café.

Su trabajo se prolongó hasta bien entrada la madrugada, ¿hoy muchos de ellos trabajarían?

Sí, claro, muchos están hoy trabajando, había uno, incluso, que entraba a las siete de la mañana, pero no importa. La sensación es como si te fueras de marcha pero al despertarte te sientes muy satisfecho porque no has dormido por una causa justa.

Entre el equipo que atendió a los inmigrantes, cuentan con voluntarios africanos...

Sí, tenemos voluntarios inmigrantes que trabajan como mediadores. Su labor de voluntariado es doblemente valiosa por su condición.

¿Cómo fue ayer la coordinación de todo el equipo?

Sobre las 7 de la tarde, tras el aviso, empezamos a ponernos en contacto con los voluntarios. Normalmente están preavisados y cuando salta la alarma les enviamos un sms, ellos confirman y nos reunimos en la sede. Ahí coordinamos las labores de cada uno y nos ponemos en marcha para dar la mejor asistencia posible.

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