Castilla y León es la comunidad autónoma más vulnerable ante los incendios forestales, la que más riesgo tiene de sufrir episodios graves con el fuego.

Lo dice el estudio Incendiómetro 2008, elaborado por Adena, que da a la región un indice de vulnerabilidad del 64%.

El informe analiza 20 parámetros como la gestión forestal, la frecuencia de los incendios, si se identifica a los culpables... y comprueba los avances hechos en la última década en la lucha contra el fuego.

Adena es especialmente crítica por la falta de gestión forestal, ya que sólo el 9,5% de la superficie forestal de la región cuenta con un plan específico de gestión, como exige la Ley de Montes.

Castilla y León invierte el 6,7% de su presupuesto en la lucha contra el fuego, el porcentaje más alto, pero al ser un territorio tan grande, la cantidad final destinada se reduce a 35 euros por hectárea al año.

El estudio considera negativo el número de incendios por negligencias así como la elevada incidencia sobre la población civil.

También lamenta el número de grandes incendios (los que superan las 500 hectáreas). Adena recomienda acotar mejor las zonas de pastoreo, anular subvenciones agrarias si la quema de rastrojos afecta a zonas forestales y fomentar la creación de grupos de voluntarios forestales.

Pocos detenidos, más identificados

Uno de los parámetros del estudio analiza la evolución del número de detenidos como autores de los incendios.

Entre 1995 y 2006, el Seprona arrestó a 254 personas. Esta cifra supone únicamente el 13,6% de los 1.864 posibles causantes identificados por el personal de la Junta en el mismo periodo.

De hecho, los guardas atribuyeron a 93 de ellos ser los autores de fuegos intencionados. Las quemas de matorral para lograr pastizales para la ganadería son las máximas responsables de los incendios de causa conocida, el 32%. Le siguen las de rastrojos agrícolas.

En tercer lugar a aparecen los rayos, con un porcentaje superior a la media nacional, un 10%.

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