Han sido más de dos años de ruidos, robos en los comercios, problemas de tráfico y, por encima de todo, críticas vecinales y una tensa polémica en torno a las obras.

Pero, desde ayer, la Calle Carmelo, centro neurálgico de Santutxu, el barrio más populoso de Bilbao, ya está abierta al tráfico y a los peatones, como quisieron los vecinos.

Sobre un parking de 159 plazas para los residentes, se asienta una calle con dos carriles de circulación que confluye en una rotonda.

La otra opción, desechada por los residentes, era la de crear una calle peatonal. Aún así, se han creado aceras de hasta 16 metros de ancho para potenciar la vida comercial y de ocio en el barrio.

Se ha urbanizado la calle con baldosas tipo Bilbao, grises y blancas, con las que se han creado figuras en la acera.

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