La primera, el 15 junio, se produjo por el ascenso del Málaga C. F. a Primera División. Entonces, la exposición del artista de Villanueva de Algaidas tuvo que quitarse del centro de la plaza y ser reubicada en una de las esquinas, parapetada tras una valla para evitar el vandalismo. Quince días después las peanas con las esculturas siguieron el mismo camino por la Eurocopa de la selección española.

El fútbol derribó al arte por dos razones muy sencillas: preservar la seguridad de las obras y la de los propios aficionados. Una avalancha de seguidores como la que se ha vivido estos dos días (entre 15 y 18.000 el pasado domingo por el centro) podría producir daños irreparables en las obras y también accidentes si las tarimas hubieran cedido.

Es más, el Ayuntamiento había aconsejado a Unicaja, coorganizadora de la exhibición junto con la Fundación Escultor Berrocal, proteger la exposición ante el previsible aluvión de personas. Finalmente, la muestra ha estado menos de 48 horas lejos de su ubicación original, ya que se desplazaba la misma mañana del partido y volvía a su sitio a la mañana siguiente.

Heridos y contenedores quemados

Durante la noche del domingo, se produjeron numerosas intervenciones policiales en casos de pequeños altercados por exceso de alcohol. Además, ardieron al menos seis contenedores de basura en el centro de Málaga. Las zonas más concurridas fueron calle Larios, plaza de la Constitución, plaza de la Merced y plaza de la Marina. Precisamente en la Merced un hombre de 40 años fue apuñalado en el muslo de la pierna derecha a las 0.40 horas, y en Teatinos unos vándalos intentaron volcar un autobús. Además, una joven de 15 años sufrió traumatismo pélvico tras caerle la columna de una fuente.

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