El niño de seis años que murió el sábado en una piscina municipal de Martorell (Barcelona) sufrió un paro cardiaco, según informaron hoy fuentes municipales.
La autopsia realizada al cadáver concluye que el pequeño niño no murió ahogado, sino que restos de comida le obstruyeron las vías respiratorias y el esfuerzo físico le acabó desencadenando la muerte por paro cardíaco.
Según el Consistorio, el informe del forense determina que cualquier esfuerzo físico, como jugar a fútbol o correr, le habría provocado las mismas consecuencias. El Ayuntamiento asegura que los Mossos d'Esquadra han comprobado que las medidas de seguridad de la piscina eran las "correctas".
El suceso se produjo el sábado a las 18 horas en la piscina municipal de verano. Inicialmente se creyó que el niño había fallecido ahogado en la piscina, adonde se desplazaron los servicios sanitarios y los Mossos d'Esquadra.
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