Tuvo suerte, aunque ahora le esperan los juzgados. Un joven conductor sin carné se quedó empotrado ayer en un muro de hormigón que impidió que cayera con su coche desde 14 metros de altura.
Los obreros que estaban trabajando en el aparcamiento subterráneo de la Matraquilla de Motril (Granada) a las nueve de la mañana no podían creer lo que estaba sucediendo. Un coche a toda velocidad venía hacía ellos y arrancaba la valla protectora hasta quedarse al borde del precipicio. En el abismo, a punto de caer 14 metros al vacío.
El muro de hormigón que los operarios habían puesto alrededor de la obra para evitar que cayeran cascotes es lo que frenó el coche.
La historia, sin embargo, es aún más rocambolesca, ya que cuando los obreros abrieron las puertas del coche encontraron a un menor de 17 años borracho. La tasa de alcohol en la sangre era de 0.90 (casi cuatro veces la permitida).
Los testigos dicen que iba tan borracho que incluso intentó coger una moto que estaba aparcada en las cercanías para salir huyendo. El joven, que se enfrentó con la Policía, fue finalmente detenido y su caso remitido a la Fiscalía. El chico finalmente quedó en libertad, cuando su madre fue a recogerlo a Comisaría.
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