Esta decisión ha creado el malestar entre la plantilla sanitaria, pues los trabajadores consideran que una persona sola no es suficiente.

"Una enfermera y ninguna es lo mismo. Te llega una urgencia y ¿qué haces, atiendes al paciente o llamas al supervisor para que envíe ayuda?", se quejan las enfermeras.

Pero el problema no se queda ahí ya que, en caso de que sea necesaria la presencia de una segunda enfermera, ésta tendrá que acudir desde el Hospital Central (la Residencia), lo que implica recorrer una distancia de entre 850 metros y un kilómetro, según sus propios cálculos.

"El tiempo necesario para hacer dicho recorrido a buen paso es de 10 minutos, sin contar bajada de pisos ni ascensor, cambio de vestuario quirúrgico y preparación del quirófano para la urgencia concreta que surja", aseguran.

En este sentido, los trabajadores recuerdan que muchas de las urgencias que se atienden en el Hospital General (cirugía torácica, vascular, maxilo-facil, cardiaca...), "no admiten demora sin un grave peligro para el paciente y conllevan un evidente riesgo de lesiones".

Por este motivo, la plantilla se lava las manos y ha enviado un escrito firmado por el 100% de los trabajadores (más de 60) en el que dejan claro que se eximen de toda responsabilidad en caso de una demanda judicial.

Al parecer, el motivo de esta reorganización es "unir a todo el personal en un mismo centro de cara al nuevo HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias)".

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