El principal problema es el ceda el paso. «Nunca sabes si se te va a cruzar un coche ni la velocidad con la que lo va a hacer», asegura la taxista Fabiola Silverio. En una ocasión, recuerda, en el barrio de El Natahoyo, «donde más cruces ciegos hay, me libré de milagro» de chocar contra otro coche al que no pude ver hasta que casi me lleva por delante».

En la ciudad hay 6.989 contenedores de basura en superficie y es la Empresa Municipal de Limpiezas (Emulsa) la que decide dónde instalarlos.

Alberto García, que vive junto a la confluencia de las calles Emilio Tuya y Aguado, asegura que en ese punto «hay accidentes casi cada mes». Pese a estos peligrosos casos aislados, la inmensa mayoría están situados en tramos de calle que no influyen ni a peatones ni a conductores.

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