Inicialmente, el Ministerio Público acusaba a este hombre de haber asfixiado hasta la muerte a su pareja sentimental en febrero de 2007. El jurado popular ha rebajado la calificación de la pena, tomando en consideración los atenuantes de la confesión y del consumo de drogas, porque el acusado llamó a la Guardia Civil y al 112 horas después del suceso para inculparse.

Los hechos tuvieron lugar el 25 de febrero de 2007 cuando, según declaró el propio acusado ante el jurado popular, le cogió 50 euros a su pareja sentimental de la cartera para "salir unas horas y cuando volví ella estaba muy enfadada, más que porque le hubiera cogido el dinero, por cómo venía ya que había consumido alcohol y dos gramos de cocaína".

El acusado, que se declaró consumidor habitual de cocaína desde hace siete años, indicó que "comenzamos a discutir y ella aseguró que se iba, algo que yo no lo entendía, porque la casa era de alquiler, no estaba a mi nombre y si alguien se debía ir era yo, y por eso me acerqué a ella para convencerla de que no se fuera".

Relato de los hechos

Según relató Jacobo L.S., en ese momento la víctima cogió un cuchillo para defenderse y yo "quise pararla sin más e intentaba agarrarla para que no se fuera y como estaba muy alterada le tiré una mochila para quitarle el cuchillo". Este hombre, añadió durante la sesión de vista oral del juicio celebrada ayer, martes, que se había lanzado en ese momento sobre su víctima, porque "ella intentaba volver a coger el cuchillo y le tapé la boca para que dejara de gritar y se calmara y eso fue lo que ocurrió"

El acusado añadió que tras los hechos salió de la vivienda muy "perturbado" y volvió 24 horas después, a las once y media del 26 de febrero y llamó a la Guardia Civil y al 112, circunstancia por la que el fiscal aprecia la atenuante de confesión. El representante del Ministerio Fiscal sin embargo, también aprecia el agravante de ser persona ligada de forma estable por relación de afectiva con la fallecida.

El fiscal también solicitó que, además de la pena de cárcel, se le imponga al acusado una indemnización de 60.000 euros para cada una de las dos hijas de la víctima. El acusado llevaba desde el momento en que pasaron los hechos, febrero de 2007, en prisión preventiva, lo que significa que en el próximo año saldrá en libertad.

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