Frédéric Pignon: «El caballo me obedece para ser mi amigo»

  • Es el domador de caballos del espectáculo ecuestre Cavalia.
  • Afirma que habla a sus equinos como si fueran bebés.
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Frédéric Pignon es el hombre que susurra a los callos. Y que les habla y acaricia como a un bebé. Y que sabe si están tristes o felices. Es el domador de caballos del espectáculo Cavalia, que estará hasta el 29 de junio en la explanada de Botica Vieja. Un show que fusiona artistas y números ecuestres.

Domador, ¿por qué le obedecen los caballos?

El caballo busca la manera de ser tu amigo. Quiere hacer bien las cosas que le mandas para agradarte.

¿Es usted el hombre que susurra a los caballos?

Bueno, sí. Sí susurro a los caballos. Para mí es como hablar a un bebé; con ese amor, con ese respeto.

Así que usted no es domador de látigo y «¡hey!»...

No. Mi mujer y yo tomamos a los caballos como parte de la familia. La doma clásica es dura, está basada en la sumisión. Nosotros nos hemos dado cuenta de que un caballo feliz trabaja mejor.

Pues, ¿cómo se hace a un caballo feliz?

Con comunicación. Yo hablo a los caballos. No entienden las palabras, pero sí les relaja. Cuando estoy callado lo acusan. También les acaricio, me fijo si están contentos, si tienen miedo o están deprimidos. Si un día no están bien, les doy vacaciones. Así logro cosas fabulosas.

¿Como qué?

Por ejemplo, que el caballo se ponga a dos patas. Es algo que hacen ellos de forma natural, al jugar. Pero un domador no puede lograrlo por la fuerza. Los caballos de Cavalia salen al escenario como si fueran a jugar. Entonces, se ponen a dos patas.

Alguien le llamará loco.

Sí, lo hacen. Para mí a veces los caballos son más humanos que nosotros (ríe). A veces tienen celos si hago más caso a uno. Entonces, intentan llamar mi atención.

BIO

Nació en Chalommds (Francia) en 1977. Nació en una familia con caballos. Ha estado con ellos toda su vida. 5 años en Cavalia.

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