En el transcurso del juicio, que se celebra en el Juzgado de lo Penal número 1, el representante del ministerio público imputa a los dos implicados los delitos de homicidio por imprudencia grave, dos de lesiones, otro contra la seguridad del tráfico y uno más de omisión del deber de socorro.

Según el escrito de acusación, el suceso se produjo en la madrugada del 14 de noviembre de 2004, cuando los dos acusados, "de común acuerdo", salieron de un local de copas para dirigirse a otro con una velocidad "notoriamente desproporcionada" y circularon por la Ronda de la Muralla en paralelo con un comportamiento de "rivalidad de velocidad".

Se estima que lo hacían con velocidades comprendidas entre los 110 y 113 kilómetros por hora en una zona limitada a 50, y, en el caso del autor material de los atropellos, "bajo la influencia de bebidas alcohólicas", ya que arrojó una tasa positiva e incluso "aceleró" con la intención de "huir del lugar".

Una fallecida y dos heridos

Como consecuencia del impacto perdió la vida María López Sánchez, de 22 años, y resultaron con heridas graves otros dos acompañantes, cuando caminaban por la acera, tras regresar de una fiesta de cumpleaños.

El autor material del atropello, Alberto Lugilde Soto, de 28 años, reconoció en el juicio que había ingerido tres bebidas con alcohol, pero matizó que la velocidad no sobrepasaba los 80 kilómetros por hora y atribuyó el golpe a la maniobra que realizó para esquivar a su compañero, lo que lo llevó a impactar contra un muro y realizar el triple atropello al ser incapaz de gobernar el coche en ese momento. Su amigo y también imputado, Óscar López Pérez, de 34 años, discrepó sobre la versión del autor del atropello, al advertir que iba detrás de éste, quien, dijo, "me pasó rápido" y declaró que "en ningún momento" se habían retado.

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