Zoom sobre la jornada laboral de 65 horas

Diferentes visiones del trabajo (AGENCIAS).
Diferentes visiones del trabajo (AGENCIAS).
AGENCIAS
Diferentes visiones del trabajo (AGENCIAS).

MÁS PRODUCTIVIDAD. En 2004, y según reportaje publicado en El País, las 500 trabajadoras de la sucursal española de la firma Louis Vuitton decidieron exigir a sus jefes un nuevo horario laboral: entrar a las siete y salir a las tres, con una hora para comer y sin reuniones por las tardes. La empresa accedió y, dos años después, la productividad había aumentado en más de un 20% y se había reducido un tercio el absentismo laboral. El jefe de personal fue ascendido.

LA PATRONAL. En 2006, el Gobierno español hizo una llamada a las empresas para que redujeran el tiempo de trabajo siguiendo el modelo europeo, y afirmando que la jornada laboral en España es una de las más largas de Europa. La patronal (CEOE) respondió que para reducir la jornada es necesario reforzar la productividad, y destacó que los trabajadores españoles tienen más horas de las necesarias para comer, lo que reduce el tiempo de trabajo neto en cómputo anual más que en otros países de la UE. También señalaba que España encabeza la clasificación europea por número de días festivos.

BRITÁNICOS. En el Reino Unido, donde los empleados pueden pactar individualmente con los empresarios jornadas laborales mayores a las establecidas por la normativa europea, alrededor de 3,3 millones de personas trabajan más de 48 horas a la semana.

ESTADOS UNIDOS. La diferencia entre la media de horas trabajadas semanalmente en Europa y en EE UU se debe, en un 40%, a la mayor proporción de trabajadores a tiempo parcial existente en Europa (en Holanda, por ejemplo, son un 45% del total). Pero si miramos los datos por sexos, en el caso de los hombres la diferencia en la semana laboral entre los trabajadores estadounidenses (41,3 horas) y europeos (40,7) es muy poca, mientras que es bastante mayor en el caso de las mujeres (36,1 horas en EE UU, 32,3 en Europa). Es decir, las europeas, tanto si trabajan a tiempo completo como si lo hacen a tiempo parcial, trabajan menos horas que las estadounidenses.

HORA DE COMER. Hasta los tiempos de la Segunda República, en España se comía y se cenaba con horario europeo. La jornada partida tiene uno de sus posibles orígenes en la necesidad del pluriempleo en la posguerra. La jornada intensiva, o con una pausa mucho más breve para comer, propia de la mayoría de los países europeos, choca con la tradición española de dedicar mucho tiempo a la hora de la comida y la siesta, y cenar más tarde.

CASOS PRÁCTICOS. En la empresa de seguros Sanitas se instauró un horario de trabajo de 8.30 h a 18 h (los viernes, hasta las 13:50), con pausa para comer. Según la propia empresa, salvo excepciones, pocas personas están en su puesto de trabajo más allá de esta hora, y si lo hacen, se estudia el motivo.

MRW (empresa de mensajería y envíos) tiene desde hace más de 11 años una jornada de 8.00 a 16.00 para los 500 empleados que trabajan en la sede central de la franquicia. BTSA, Biotecnologías Aplicadas, también apuesta por una jornada continua (de 9.00 a 18.00 h), con pausa de una hora para comer. Microsoft, sin embargo, prefiere la flexibilidad y que los trabajadores organicen su propia jornada laboral en la medida de lo posible.

DOMINGOS Y NOCHES. Uno de cada siete ocupados en España (el 13,7%) asegura trabajar habitualmente en domingo, una proporción más elevada que la de otros países europeos, como Italia (13,2%), Polonia (13,1%), Reino Unido (12%), Portugal (11,1%), Bélgica (10,8%) o Suecia (10,8%). Por encima se sitúan Austria (18%) y Francia (14%). El horario nocturno, sin embargo, está menos extendido en España: 5% en nuestro país frente al 11,5% del Reino Unido, el 8,4% de Italia o el 8,1% de Austria.

TRABAJAR MENOS. El
downshifting es un movimiento que nació a finales de los años ochenta en Estados Unidos, en pleno auge de la cultura yuppie. Muchos ejecutivos comenzaron a ver que ganaban mucho dinero pero
trabajaban demasiadas horas, con la consecuente pérdida de salud, vida familiar, tiempo de sueño… El movimiento (del ingles
down, bajar) preconiza el principio de trabajar menos para
vivir mejor y con menos dinero, renunciando a determinados gastos y cambiando la filosofía de vida. Ha sido seguido desde entonces por un número cada vez mayor de personas, la mayoría
ex ejecutivos o ex adictos al trabajo. Un ejemplo:
Joe Domínguez trabajaba en Wall Street hasta que a los 31 años se jubiló. Abandonó su empleo para vivir solamente con unos 4.500 euros anuales (de hace 30 años), originados por los intereses de sus ahorros.

“La demanda de trabajar menos para vivir mejor es razonable y deseable en el contexto de la sociedad del bienestar, siempre y cuando incluya a todas las personas con independencia de su clase social, género y etnia. Un horizonte difícil de alcanzar, pero posible si estamos dispuestos a romper con algunos de los valores imperantes en nuestra sociedad. Para que todo el mundo pueda trabajar menos para vivir mejor no basta un simple cambio de horarios. Es preciso un cambio de actitudes que permita el reconocimiento social y económico del trabajo doméstico y de cuidados, rompa con la disponibilidad laboral absoluta y abra la puerta a un consumo más responsable”. S. Moreno Colom, socióloga y profesora de la UAB, en La Vanguardia.

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