Agregaron que esta rectificación en los sistemas de propulsión no está acompañada de la modificación de los sistemas de frenado y suspensión, "conllevando un inevitable peligro para la seguridad vial", agregaron en un comunicado.

La mayor parte de los conductores -explicaron- sólo cuenta con licencias de ciclomotores, lo cual supone un riesgo añadido, al no tener los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para conducir motocicletas, que es en lo que realmente se convierten estos vehículos después de ser manipulados, por lo que se necesita, al menos, el permiso de la clase A-1.

Además de inmovilizar los vehículos e informar a Tráfico y al Juzgado, la Policía Local remitirá un informe al departamento de Industria de la Xunta, para que se pueda comprobar si estas alteraciones se efectúan en talleres de la comarca, aunque en uno de los casos se verificó que se habían realizado en un domicilio particular y las piezas compradas a través de Internet.