Corral de artesanos en Triana: El último rincón del arte

  • Covadonga 9, es el último corral de artesanos que queda en Triana
  • Sus supervivientes piden ayuda a las administraciones
  • CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE SEVILLA.
Un artesano trabaja en la talla de un Cristo.
Un artesano trabaja en la talla de un Cristo.
V. GÓMEZ
Un artesano trabaja en la talla de un Cristo.

Nada más entrar, a uno le envuelve la sensación de que allí se cuece la inspiración a fuego lento. El trabajo hecho con cariño, la plasmación de un sueño romántico.

Es un patio escondido en la estrecha calle Covadonga, en Triana. El único corralón de artesanos que queda en pie en el barrio.

Sus cinco supervivientes llevan en él más de tres décadas. Y años luchando para mantener vivo un enclave con tanto encanto, pese a su mal estado de conservación: paredes desconchadas, vigas oscurecidas, tornos de entallar y ruedas de cortar que se oxidan en el patio...

Actualmente, el edificio tiene un 15% de riesgo de derrumbe, y ellos resisten con alquileres de renta antigua.

Aquí hubo hasta 16 artesanos: repujado, carpintería, cerámica, orfebrería... ¡hasta un fotógrafo! Éramos unos románticos.

¡Quién diría que, durante años, este rincón del arte estuvo vivo! El encargado de ponerlo en pie fue el escultor Augusto Morilla, que hoy ocupa un taller en la planta baja.

«Aquí hubo hasta 16 artesanos: repujado, carpintería, cerámica, orfebrería... ¡hasta un fotógrafo! Éramos unos románticos», dice nostálgico.

Artistas como Antonio Mairena, Camarón o Tomatito iban a las tertulias que se organizaban en el Taller de la Esperanza, «donde se reunían los bohemios». Aquí, a Chiquetete se le diseñaron portadas de discos y los flamencos dejaban sus guitarras en manos de Andrés, el luthier.

Augusto y sus compañeros llevan mucho tiempo pidiendo a las autoridades que les ayuden a recuperar el corral «Queremos llenarlo de vida, conservarlo porque es lo último que queda. Estamos en conversaciones con el Distrito Triana».

LOS ARTISTAS

Francisco Vega, ebanista Restaurador: «dejé el baile por la madera». «Fuí bailaor flamenco con los grandes. Estuve con Lola Flores. Pero lo dejé por la madera. Con 13 años empecé como aprendiz en un taller. Me gusta esto aunque no te de para vivir. No me quiero ir de aquí».

Joaquín Ferreira, repulsador de metales: «mi hijo me sucederá». «Empecé de pequeño y siempre me he dedicado a esto. Ahora mi hijo hace lo mismo. Hago piezas de orfebrería para la Semana Santa. De aquí han salido varales para La Estrella, la Esperanza y la candelería de La O».

Francisco Miranda, artista Plástico, ceramista: «nos ancla en la historia». «Es una pena que la especulación acabe con estos rincones con encanto. Nos ancla en la era antigua de Triana. ¡Tengo hasta una estufa vieja! Si no hubiéramos tenido este patio no habríamos hecho tantos encargos»

Mostrar comentarios

Códigos Descuento