España sigue a la cabeza mundial de donantes de órganos y en 2007 se volvieron a incrementar de 1.509 a 1.550 las familias solidarias. Sin embargo, en Castilla y León se redujeron de 92 a 86 las personas que decidieron donar y también el número de intervenciones, que pasó de 142 a 119 en los hospitales de la región.

Los trasplantes de riñón, que se practican en dos centros de la región (en el complejo hospitalario de Salamanca y en el Clínico de Valladolid), se redujeron de 95 a 83. Lo mismo ocurrió con los hepáticos, que se llevan a cabo en el Río Hortega, y que han bajado de 34 a 30 en un año. Es más, en 2005 se llegaron a realizar hasta 40 operaciones.

Los trasplantes cardíacos, menos numerosos, también se vieron reducidos de 13 en 2006 a 6 el año pasado.

El azar y la edad mandan

Desde el servicio de coordinación de trasplantes del Clínico aseguran que las causas hay que buscarlas en el azar -que se produzcan más o menos fallecimientos en los que es posible la donación- y en la edad de los pacientes.

«Cuanto más mayor es la persona que necesita un trasplante, menos posibilidades hay de encontrar un órgano compatible y con posibilidades de éxito», según comentaron a 20 minutos. Si a eso le unimos que el año pasado «no hubo mucha lista de espera», se explica el descenso en las intervenciones.

Castilla y León tiene 34 donantes de órganos por cada millón de habitantes, lo que la sitúa en la media española, aunque lejos de La Rioja, con una media de 74.

Para concienciar a los ciudadanos y aumentar el número de donantes, Alcer colocará hoy tres mesas informativas, una en la plaza Juan de Austria y dos en c/ Santiago.

Alfonso San José Pérez. Transplantado. «Los donantes son verdaderos héroes»

Un año y dos meses de diálisis fueron suficientes para que Alfonso, vicepresidente de Alcer, conociera la dureza de la diálisis. «Estás atado a una máquina tres días a la semana y no tienes vida».

Pilar Ferré. Asoc. de enfermos y donantes de órganos para trasplantes

1 ¿Por qué la gente no se anima a donar? Muchas veces no es falta de solidaridad sino de información. No se sabe qué hacer para reflejar esa voluntad.

2 ¿Cómo se deja claro que uno quiere ser donante? Es importante hablarlo en familia para que, llegado el momento, los más cercanos lo sepan. En ese sentido, los testamentos vitales que han desarrollado algunas comunidades son un avance.

3 ¿Por qué tantas familias se niegan? Porque es un momento muy duro para decidir. La esperanza es lo último que se pierde, incluso aunque esa persona haya dejado claras sus intenciones de donar.

4 ¿Cómo se puede convencer a la gente para donar? Que se pongan en el otro lado y necesiten, ellos o un familiar, un órgano para un trasplante. Nos puede tocar a cualquiera.

5 ¿Se quedan gente en el camino por falta de donantes? Sí. También por las compatibilidades. Pero con uno que haya, ya es mucho.

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