Los pescaderos vizcaínos están preocupados porque en unos días es posible que no tengan nada que vender. La posible huelga prevista por los arrantzales para este sábado podría dejar vacíos los estantes de sus pescaderías la próxima semana. Si, además, juntamos estos paros con los que podrían estar preparando los transportistas, el futuro inmediato del pescado en las mesas de los vizcaínos se presenta muy negro.

«Quizá la próxima semana aguantemos, porque aquí nunca hemos tenido problemas de suministro, pero en dos semanas podríamos estar tener problemas», aseguró a 20minutos Jacinto Cundín, pescadero del Mercado de la Ribera.

Los arrantzales, en cambio, están «nerviosos» por otro motivo, pero que también afecta, y mucho, a sus bolsillos. No es otro que el precio del gasóleo, que no deja de subir. Según ellos, se dejan la mitad de lo que obtienen por la pesca «en comprar carburante», tal y como asegura Iñaki Zabaleta, presidente de la federación de cofradías de pescadores de Vizcaya.

Aunque la situación no es preocupante sólo en Euskadi. En todo el Estado, los pescadores andan revolucionados por el incremento del precio del gasóleo y la falta de ayudas, y están dispuestos a tomar medidas para que les hagan caso.

De hecho, ayer se reunieron en Gijón representantes de las cofradías de todo el norte de España para tratar la situación. En un principio, los asturianos decidieron descartar el paro, pero los vascos prefieren esperar a la respuesta del Gobierno central a la manifestación que está convocada para mañana por las calles de Madrid.

Que abran la veda de la anchoa

El precio del carburante no es el único frente que mantienen abierto los arrantzales. En la reunión de la Federación de Cofradías del Cantábrico, celebrada ayer en Gijón, los pescadores de todo el norte peninsular solicitaron la apertura de la pesca de anchoa, que aún se mantiene vetada. Los marineros pidieron que, al menos, se permita una pesquería de 7.000 toneladas.

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