«La anorexia y la bulimia constituyen problemas de salud...». Así comenzaba el dictado que ayer tuvieron que copiar los 58.770 alumnos que cursan 3º de ESO en institutos madrileños (14-15 años). Formaba parte de la prueba de nivel a la que se sometieron estos chavales para comprobar sus conocimientos antes de pasar al último curso de Secundaria.
Los niños de Sexto de Primaria ya se sometieron por tercer año a esta prueba el pasado 8 de mayo; pero para los de ESO, ayer fue su primera vez. El examen se dividió en dos partes: una para Lengua y otra para Matemáticas. En la primera, además del dictado, tuvieron que leer y comprender un texto de Camilo José Cela, analizar la sintaxis y morfología de oraciones y conjugar verbos.
En el apartado de números, respondieron a problemas prácticos, como calcular la tarifa más barata en un cibercafé, cambiar de dólares a euros o, incluso, saber la paga que deben recibir tras el incremento del IPC. Las ecuaciones, la probabilidad y los polinomios completaron los ejercicios matemáticos.
La prueba no tiene valor académico y los padres recibirán los resultados de forma confidencial. La Comunidad defiende que evalúa si los contenidos educativos son idóneos, pero CC OO lo rechaza porque
«siembra el desconcierto» y la FAPA Giner de los Ríos no cree que una prueba vaya a contribuir a mejorar la educación.
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