Su sencillo manejo y su bajo coste revolucionarán el sistema de teleasistencia. «Está pensado para mayores y pensionistas, da una asistencia personalizada 24 horas y de forma telemática».

Ahí radica su gran novedad y la diferencia con la teleasistecia que existe hoy día. El usuario no necesita pulsar ningún botón para alertar de que le ha ocurrido algo. Acción que resulta imposible si, por ejemplo, se cae y queda inconsciente. El parche (no daña la piel) es un sensor inteligente. En caso de caída emite una alarma a un dispositivo (reloj, móvil...) y envía una alerta al centro virtual de asistencia.

Un mes de batería

Lo pueden llevar todo el día, cuando se baña, en la calle... Pero además tiene una gran autonomía. Su batería dura un mes estando encendida día y noche. El doble de tiempo si se apaga por las noches.

Pero el proyecto aporta aún más. Es un completo sistema de telemedicina que evitará desplazamientos y largas colas en los centros de salud. Permitirá vigilar la presión, el gasto metabólico e, incluso, hacerse electros en casa.

Laura Roa. Profesora e investigadora. «Tenemos muchas ilusiones puestas en el proyecto. Queremos verlo pronto en el mercado porque creemos que es un elemento que servirá de mucha ayuda a la sociedad y, en concreto, a la tercera edad».

Javier Reina. Profesor e investigador. «Es apasionante ver como un proyecto de investigación puede dar lugar a un desarrollo industrial que servirá de gran apoyo a un sector de la población que está en continuo aumento».

Manolo Prado. Investigador. «Esto representa el punto de arranque de un proyecto en el que hemos puesto una gran ilusión. Es una línea muy fructífera tanto para la investigación como para su aplicación a la sanidad».