Las mentes más criminales de Estados Unidos, como Bonnie and Clyde o Al Capone, se han convertido en objeto de culto en un museo de Washington, donde se relata la historia "negra" del país y los esfuerzos por combatirla.
Las armas de Jesse James, las balas de Pancho Villa o el coche de Bonnie and Clyde, entre otros objetos, se pueden ver en el "Museo Nacional del Crimen y del Castigo", que se inaugura esta sábado y que recrea una historia muy diferente de la que cuentan los libros de texto.
Al más puro estilo americano, el visitante se sumerge en el mundo del crimen nada mas pasar la puerta, con ruidos de sirenas, disparos y una voz en off que recomienda pensárselo dos veces antes de cometer un delito.
Una vez advertido, el espectador desciende a las catacumbas de la historia para ver cómo en el siglo XVII los presos eran castigados con grilletes y ajusticiados en la guillotina o para conocer más sobre los juicios de "las brujas" de Salem.
Árbol para ahorcar
Los disparos del "lejano Oeste" preceden las historias de los forajidos más famosos como Jesse James y sus hermanos que formaron la banda de asaltantes James-Younger, o los mismísimos hermanos Dalton. Placas de sheriff, municiones, un típico salón donde solían comenzar las peleas y hasta un árbol para ahorcar bandoleros completan esta sala que precede a los años de la corrupción, el estraperlo y la ley seca, época del nacimiento de los gángsters.
Entre los rostros más conocidos para la policía y la prensa de la época están Frank Costello, Lucky Luciano, y el más popular de todos ellos, Al Capone, que cuenta con una réplica de la celda en la que estuvo preso en Alcatraz. El museo no sólo recrea las escenas, sino que reproduce los sonidos de tal forma que ambienta al visitante en este particular paseo por el tiempo, en el que, además de espectador, es parte activa del mismo.
Así, puede aprender cómo abrir una caja fuerte, cómo tomar huellas digitales en la escena de un crimen o incluso hacer un análisis forense en un laboratorio CSI. También puede conocer de primera mano las habilidades necesarias para luchar contra el crimen con componentes interactivos como un simulador de tiro del FBI o de una persecución policial.
En el lado de los "buenos" el museo también cuenta la historia del fundador del FBI, Edgar Hoover, y de otros policías insignes como el "intocable" Eliot Ness.
Una silla eléctrica auténtica
Además, a modo de "ejemplo", recuerda que todavía la pena de muerte está vigente en algunos estados del país y en sus vitrinas está una auténtica silla eléctrica del siglo XIX en la que murieron 125 personas. Entre sus piezas más valiosas están el coche del famoso ladrón John Dillinger (1903-1934); los guantes de boxeo de "Cinderella Man", donados por el deportista al FBI, y objetos personales de Pancho Villa y Jesse James.
El museo es una institución privada fundada por John Morgan, un hombre de negocios de Orlando que, "tras visitar la cárcel de Alcatraz, quedó impresionado y decidió que la gente debía saber qué sucede con los criminales después de cometer su delito, algo que serviría también de ejemplo y advertencia", contó la responsable de comunicación del museo, Amy Carlson.
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