Ingresa con una fractura en la pierna y muere de gangrena por falta de cuidados

  • Al médico se le acusa de un delito de omisión de cuidados.
  • La mujer fue atropellada por una motocicleta.
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El Juzgado número 3 de Palencia ha dictado un auto de procesamiento contra un traumatólogo del Hospital Río Carrión por un supuesto
delito de homicidio imprudente después de que una paciente muriera en julio de 2006 por una
gangrena tras sufrir una fractura de tibia y peroné en un accidente.

El auto señala que una vez practicadas las diligencias puede considerarse como "un hecho punible" de omisión de cuidados de la paciente por parte del traumatólogo, cuya actuación se limitó a modificar la analgesia para mitigar los dolores de la paciente "sin llegar a explorar físicamente a la mujer".

Para el juez instructor, dicha exploración médica, que no se efectuó, "hubiera servido para detectar el proceso que la paciente estaba desarrollando (gangrena gaseosa)" mientras se encontraba hospitalizada. Asimismo, el juez instructor ha sobreseído las actuaciones para otros dos médicos traumatólogos que atendieron a la paciente y que fueron incluidos en la denuncia presentada por la familia de la mujer.

El accidente 

María A.G, de 82 años, fue atropellada por una motocicleta en la localidad palentina de Guardo. Fue trasladada al Hospital Río Carrión de Palencia y según postula la familia "tras cinco horas en los pasillos de Urgencias", fue objeto de radiografías de cabeza y pierna, diagnosticándole una fractura. Según el Defensor del Paciente, y tras la información aportada por la familia, la paciente se encontró supuestamente "sin atención durante dos días puesto que al ser fin de semana la enfermeras les comunicaron que no había visitas más que para Urgencias".

Ante el deterioro que la enferma mostraba después de tres días en el hospital supuestamente "sin atención ni medicación, con los dedos del pie fríos, amarillos y amoratados", según la familia, optaron por avisar a un médico amigo "quien acudió y levantó un trozo de escayola encontrándose con la sorpresa de una especie de ampolla de 5 centímetros". Ante esta situación la familia avisó de nuevo a las enfermeras, "que por primera vez se dieron cuenta de la gravedad del asunto, que tenía la pierna gangrenada y necesitaba antibióticos".

La paciente fue derivada a la unidad de rayos donde al parecer le comunicaron la necesidad de "cortarle inmediatamente" la extremidad, pues el estado de María A.G. era muy grave. Tras practicarle una fasciotomía, fue ingresada en UCI del citado centro hospitalario de Palencia capital donde los médicos que la atendieron dijeron que "llegó demasiado tarde" y se produjo un "shock séptico, gangrena gaseosa y fallo multiorgánico".

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