Ya están aquí. Con la llegada del calor y las altas temperaturas, las temibles ratas, cucarachas y otros insectos salen a la superficie desde el subsuelo, sobre todo en Cabo de Huertas, Playa San Juan, «las zonas costeras, donde el cambio poblacional (aumenta y baja) es más latente, por lo que su alcantarillado se resiente», comentan fuentes de Lokímica, empresa que tiene la contrata del control de plagas en Alicante.

Otros barrios, como el Casco Antiguo y San Antón y zonas de ocio del centro, son más proclives a la aparición de los roedores «por ser sitios de antigua construcción, aunque no hay plaga como tal y la población está controlada», apuntan las mismas fuentes.

Para prevenir males mayores, el Ayuntamiento, a través de Lokímica, ha iniciado la segunda de las cuatro grandes inspecciones sobre las alcantarillas que realiza cada año a través de cuatro equipos contra las ratas y cucarachas. Dos de ellos trabajan en la capital y otros dos en el resto de la comarca.

El método de desratización y desinsectación es el siguiente: se levanta el alcantarillado, se desinfecta con un producto biodegradable y se coloca un cebo rodenticida o un insecticida para acabar con las cucarachas.

Con el calor también los mosquitos se convierten en un problema. Con el fin de controlar la población de estos insectos, se llevan a cabo controles semanales, con dos equipos de dos operarios cada uno, en las zonas donde más aparecen: «en los imbornales y colectores pluviales de la zona centro, sobre todo en la Explanada y la Rambla», aseguran desde Lokímica.

También proliferan en la periferia, en «los saladares de Agua Amarga, La Serreta, Fontcalent, Bacarot, el barranco de la Merced o el Río Seco de El Campello», precisan.

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