Gonzo llega a 'Salvados': "En función de lo que nosotros contamos la gente toma decisiones importantísimas"

El periodista de 'Salvados', Gonzo.
El periodista de 'Salvados', Gonzo.
LA SEXTA
El periodista de 'Salvados', Gonzo.

El programa Salvados regresa este domingo (21.25 h) a La Sexta con un reportaje sobre el acoso sexual en el trabajo, el primero con Gonzo al frente, tras la marcha de Jordi Évole a otros proyectos. El espacio de La Sexta llega con el mismo espíritu reivindicativo y de denuncia, de dar voz a la gente "de abajo", sin olvidarse de los grandes personajes ni de la política.

¿Cómo es el periodismo de Salvados?

Es un periodismo de dar voz, esté quien esté aquí la gente siempre tendrá voz. Echo de menos a más gente de la calle hablando. Gente que no tiene condicionantes a la hora de hablar. Entiendo que hay que escuchar a los políticos, pero cuando se les escucha a ellos hay un condicionante: que no dice lo que piensa o lo que quiere.

Los políticos hablan todo lo que quieren, ¿no?

Hay que equilibrarlo porque lo que deberían hacer los de arriba es lo que necesitan los de abajo, así que vamos a subir el volumen a los de abajo, porque los de arriba ya lo tienen a tope.

¿Le pesa la responsabilidad?

Siento responsabilidad, con la sentía en El Intermedio, pero en Salvados el trabajo es mucho más profundo. Esa responsabilidad se transforma en un compromiso aún mayor con el rigor y con el respeto hacia las personas que nos ayudan a contar esa historia.

Y no quiere fallarle a quienes dan la cara y sus testimonios...

Sí... pero más que no fallarles es una cuestión de no utilizarles. A veces utilizas a alguien porque te viene guay para contar una historia. Pero en Salvados si alguien no quiere contar un detalle, aunque nos venga bien para la historia, no le forzamos.

¿Siente que hay un desapego a la profesión periodística?

Hay desapego hacia la prensa y ganado a pulso. Pero también es verdad que hay periodistas en los que la gente confía y les muestran respeto, agradecimiento y cariño. Aunque haya una parte del país o de la gente a la que no le gusta lo que hacemos. Es que nuestro trabajo es alucinante... un médico, un cura o un periodista no puede fallar al cliente. En función de lo que nosotros contamos la gente toma decisiones importantísimas para su vida y en ese sentido yo todavía creo en la deontología y la ética periodística.

¿Qué pregunta haría si supiera que a ser contestada y con la verdad?

El día que se pueda hacer una entrevista sabiendo que un político te va a decir la verdad este país habrá dado un gran paso. La pregunta sería: ¿Tomaría alguna medida que fuera perjudicial o contraproducente para usted como persona? Es decir, si estás hablando con el dueño de una empresa que ahora es político le preguntaría si subiría el salario mínimo sabiendo que los beneficios de su empresa van a bajar. Quien respondiera que no, no debería dedicarse a la política. Mi gran duda siempre es que, cuando alguien se mete en política, ¿de verdad deja de lado sus intereses personales?

¿Deberían los políticos mezclarse más con la gente? ¿Ir en metro?

Yo creo que no todos los políticos podrían ir en el metro. Esa es la pega. Carmena lo hacía y seguro que algunos más. Pero tal y como está la cosas entiendo que es jodido para la vida personal. Pero tampoco entiendo que se aíslen a lo grande. Se puede ir en taxi y no en coches con cristales tintados. Y si los llevas tintados bajalos y mira al mundo.

¿Y cobrar más, menos?

Yo quiero que en la política estén los mejores. El presidente del Gobierno cobra cerca de 70.000 euros al año. Eso es una mierda para un presidente del Gobierno. Eso es lo que debería cobrar cualquier ciudadano, porque los 20.000 de sueldo medio en este país son una vergüenza. Pero ningún profesional por 70.000 euros se come el marrón que supone ser presidente del Gobierno. Y si se lo come es lógico o normal que diga "qué hay de lo mío" por otro lado o que acepte cosas para que cuando acabe viva como un marajá. A mí me gusta que los políticos cobren bien, pero que estén pegados a la realidad es necesario.

¿Y como los pegamos a esa realidad?

Siempre veo a los políticos reunirse con el presidente de los empresarios, con los presidentes de los sindicatos... ¿cuántas veces han entrado trabajadoras del hogar a hablar con un presidente? Deberían estar más en contacto con el día a día.

¿Este trabajo le afecta anímicamente?

Sí y he tenido que cambiar cosas y mentalizarme después de algunos viajes, porque es injusto conmigo mismo, pero sobre todo con la gente que vive conmigo. Si vas a un sitio donde ves que los niños no tienen nada, absolutamente nada y luego vienes y tu hijo llora por un chupachups... yo no le puedo echar una bronca, por más que tenga ganas. Él no tiene la culpa, el ha nacido aquí y no en el Sahára. El aprendizaje está guay, pero a veces hay un exceso de sufrimiento.

¿Ahora cree más o menos en el ser humano?

Crees menos y crees más. De lo que acabo convencido es de que somos muy distintos. Somos la misma especie pero de repente en medio de la mierda ves actitudes que dices "pero cómo puedes ser tan cabrón" y a los dos minutos estás viendo otra actitud que dices "pero cómo puedes tener el corazón tan grande". Lo que he aprendido es a no generalizar. Cada persona es un mundo.

¿Alguien le llama aún Fernando?

Mucha peña. En mi barrio sigo siendo Nando... en los compañeros del cole sigo siendo Gonzo. Es un mote que tengo desde los once años. Me lo puso un compañero que se llamaba Bruno, porque era González, González y estaban los Teleñecos petándolo en Barrio Sésamo.

El humor es una de las formas más efectivas de hacer crítica...

La Sátira es fundamental... Jordi Évole viene del humor, yo vengo de programas de humor... la sátira es bestial, han sido programas de humor los que más han incomodado al poder. Te ofrece una posibilidad de contar las cosas que no te lo ofrecen otras cosas. Es una técnica narrativa única. Yo no tengo formación de comedia. A lo mejor tengo mi gracejo con mis colegas o en un momento íntimo.

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