El desbloqueo sobre la frontera irlandesa, la solución para un acuerdo del 'brexit' casi idéntico al de May

Activistas pro-UE se manifiestan a las puertas del Parlamento.
Activistas pro-UE se manifiestan a las puertas del Parlamento.
EFE/ Andy Rain
Activistas pro-UE se manifiestan a las puertas del Parlamento.

Después de interminables tira y afloja, el asunto del brexit va viendo la luz al final del túnel. La Unión Europea y Reino Unido cerraron este jueves un pacto que puede parecer definitivo, a pesar de que todavía quedan escollos que superar. Y ese acercamiento solo se debe a un asunto: la solución de la frontera irlandesa. Fue el principal motivo por el que el Parlamento británico tumbó el documento pactado con Bruselas por Theresa May. Ahora con Jonhson ese obstáculo parece quedar pulido.

Protocolo sobre las dos Irlandas

El acuerdo prevé que Irlanda del Norte (que forma parte de Reino Unido) siga rigiéndose por las normas básicas del mercado común europeo, pero al mismo tiempo siga perteneciendo en términos aduaneros a territorio británico. Esto significa que los controles se tengan que hacer en el punto de llegada, y no desde la República de Irlanda, que sí seguirá formando parte de la Unión Europea.

De esta forma se genera un principio de confianza entre las autoridades, puesto que tienen que ser los supervisores británicos los que se aseguren del cumplimiento de las normas comunitarias en Irlanda del Norte. En conclusión, habrá un control de Bruselas sobre los controles de Reino Unido.

Pero este asunto también cuenta ahora con una particularidad. La Asamblea de Irlanda del Norte podrá votar si se mantiene la salvaguarda para evitar una frontera física en la isla de Irlanda cuatro años después de que haya entrado en vigor, lo cual debería suceder una vez que concluya el periodo de transición posterior a la salida británica de la UE. La salvaguarda, por tanto, no será permanente, sino flexible.

"Cuatro años después de la entrada en vigor del protocolo, los representantes electos de Irlanda del Norte tendrán la capacidad de decidir por mayoría simple si continúan aplicando las normas relevantes de la UE en Irlanda del Norte o no", expresó el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, en rueda de prensa. De esta forma se respetan los Acuerdos del Viernes Santo firmados en 1998 para establecer la paz con Irlanda del Norte.

¿Cambia algún punto más?

La Comisión Europea informó, por otro lado, que el resto del pacto se ciñe "en esencia" al alcanzado en noviembre del año pasado, durante el Gobierno de Theresa May. Ese mismo que fue tumbado por la Cámara de los Comunes en tres ocasiones, un bloqueo que acabó con la dimisión de la primera ministra ante el riesgo de que pudiera haber un brexit a las bravas.

El principal cambio de la Declaración Política se refiere a la futura relación económica entre la UE y el Reino Unido, donde el actual Gobierno de Boris Johnson ha optado por un modelo basado en un Acuerdo de Libre Comercio (ALC). La Declaración Política prevé un plan "ambicioso" en este sentido con aranceles y contingentes nulos entre la UE y el Reino Unido.

En él se afirma que unos compromisos firmes en igualdad de condiciones deberían garantizar una competencia abierta y leal. La naturaleza precisa de los compromisos será proporcional a la ambición de la futura relación y tendrá en cuenta la conexión económica y la proximidad geográfica del Reino Unido.

¿Cuáles son los siguientes pasos?

En términos interiores, es el Parlamento británico el que debe aprobar el acuerdo. Ahora la pelota está en el tejado de Boris Johnson, que necesita del apoyo de los unionistas irlandeses (DUP), que de momento se mantienen en el "no" al documento. "Hemos participado en continuas conversaciones con el Gobierno. Como están las cosas, no podríamos aceptar lo que se está sugiriendo sobre aduana y otros asuntos sobre consentimiento, y hay una falta de claridad sobre el IVA", dicen desde la formación.

El todavía presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha pedido al Consejo Europeo que dé luz verde al acuerdo. Ese es el siguiente paso. Podría hacerlo por la vía rápida, por unanimidad, o por un camino más lento: y es que puede haber algún líder de los 27 que solicite un análisis más profundo del pacto, lo que alargaría el proceso unas semanas.

En el caso de que los Comunes aprobaran el acuerdo -cuya votación está prevista para el sábado- los líderes de la Unión Europea podrían hacer lo propio el domingo. El proceso entonces concluiría en el Parlamento Europeo, que trataría el tema durante su pleno de la próxima semana en Estrasburgo, tal como han apuntado fuentes comunitarias. La condición, reiteran, es que se supere el recelo de Londres.

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