Policarpo Sanz y García Barbón se han llenado de pasos de cebra amarillos y señales provisionales. Ayer alrededor de las 8.00 horas empezó el calvario para los conductores que se disponían a circular por estas céntricas calles. Han comenzado las obras del parking y el caos del primer día ha podido con la paciencia de muchos.

Sin embargo, a los usuarios les toca tomárselo con calma porque las obras durarán 30 meses. Lo peor de todo es que cuando los conductores se familiaricen con los desvíos habrá cambios, ya que el plan de tráfico variará seis veces durante todo el proceso.

Desde García Barbón hacia Porta do Sol el problema no es tan grave, ya que al menos uno de los dos carriles es para el tráfico normal. La cosa se complica en sentido contrario, por donde sólo hay un carril para taxis y buses. Las dificultades se empiezan a encontrar en Teófilo Llorente y Pi y Margall con los desvíos, que en muchas ocasiones retrasan el viaje.

Los carteles de «mellorando o futuro» repartidos por la zona de obras no son capaces de minimizar el cabreo de quienes no encuentran una alternativa a su ruta. Ayer, el desconocimiento provocó atascos en las horas punta y hubo quienes tuvieron que dar varias vueltas antes de llegar a su puesto de trabajo. La señalización no está siendo suficiente para aliviar el caos y preguntar a los agentes de la Policía Local es, para algunos, una pérdida de tiempo o una bronca segura por meterse por donde no debía.

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