Volar menos va a ser tendencia: Alemania sube el precio de los viajes en avión y baja el de los trenes

  • Es parte del plan para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2 en 2030.
  • En Suecia, desde abril, se paga más por un billete de avión para compensar las emisiones de CO2.
Un avión de la compañía Lufthansa se aproxima al aeropuerto de Fráncfort (Alemania).
Un avión de la compañía Lufthansa se aproxima al aeropuerto de Fráncfort (Alemania).
EFE
Un avión de la compañía Lufthansa se aproxima al aeropuerto de Fráncfort (Alemania).

Definitivamente, volar menos va a ser tendencia. Al menos entre quienes se propongan contribuir a la mejor salud del planeta. Solo hay que tener en cuenta, cada vez que pensemos en viajar, que la industria de la aviación causa entre el 3% y 8% de la contaminación mundial.

Un avión de línea aérea no sólo emite dióxido de carbono (CO2), sino también vapor de agua y óxido nitroso, otros gases de invernadero. Al hacerlo a gran altura, el perjuicio es aún mayor. Por eso, cada vez más ciudadanos están concienciados de esta realidad y presionan a sus gobiernos.

Así debe entenderse que el Gobierno de Alemania acabe de aprobar los proyectos de ley que supondrán un encarecimiento de los viajes en avión y el abaratamiento del billete en tren. Son parte del plan de choque destinado a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2 en 2030.

El proyecto de ley implicará una reducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 19% actual al 7% para los billetes de medio y largo recorrido en ferrocarril. Por contra, aumentarán las tasas sobre los trayectos en avión, hasta un 76% para los vuelos domésticos o europeos -pasará de 5,65 euros a 13,03 euros por billete- y del 43% en los de largo recorrido -una subida de los 41 euros actuales a 59,43-.

El propósito de estas medidas es animar al ciudadano a usar preferentemente el tren para trayectos cortos o medianos en lugar del auto privado o el avión, pese a que actualmente el transporte aéreo puede ser considerablemente más económico que el ferrocarril.

Suecia, el primer país en castigar los viajes en avión

En Suecia ya lo han hecho. Desde el 3 de abril se paga más por un billete de avión para compensar las emisiones de CO2. El Gobierno ha puesto en marcha un impuesto ecológico de hasta 53 euros más por billete. Todos los vuelos que pasen por Suecia llevarán aplicado ese impuesto ecológico.

En el país de Greta Thunberg parece haber mucha conciencia del problema que supone el cambio climático. Un 23% de los suecos han dejado de usar el avión para reducir el impacto ambiental de sus viajes, según un estudio de World Wildlife Fund (WWF).

Tanta es la conciencia medioambiental entre los suecos que ya han inventado una palabra para designar a la vergüenza de viajar en avión: flygskam. Al tiempo hay otra para alardear de ir en tren: tagskryt. Y una tercera, smygflyga para volar en secreto.

El tren parece la alternativa más sostenible. Según cálculos de la Agencia Ambiental Europea, viajando en tren un pasajero emite 14 gramos de CO2 por kilómetro, por los 285 gramos que emitimos si cogemos un avión.

La subida del precio de los viajes en avión en Alemania sigue a las primeras medidas climáticas aprobadas ya por el gobierno de Angela Merkel la semana anterior, tras fuertes tensiones hasta lograrse un consenso en la gran coalición entre el bloque conservador de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas.

El objetivo del plan de choque es que Alemania cumpla con las metas medioambientales comunitarias y reduzca sus emisiones de gases contaminantes en un 55% para 2030 (en comparación con 1990). La propia canciller ha reconocido que no se cumplirá la meta de reducción del 40% marcada para 2020.

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