Bibiana Fernández sigue con problemas con Hacienda: "Me han quitado todo, como no me quiten las prótesis..."

La actriz Bibiana Fernández durante la presentación de la segunda temporada del programa 'Masterchef Celebrity'.
La actriz Bibiana Fernández durante la presentación de la segunda temporada del programa 'Masterchef Celebrity'.
GTRES

Bibiana Fernández regresa a los escenarios. Y lo hace repleta de ilusión, ya que volverá a encontrarse con viejos amigos como Alaska, Mario Vaquerizo o Manuel Bandera. La última tourné -así es como se llama la obra- se basa en el relato de una compañía que, pese al paso del tiempo, reniega de jubilar al género de la revista.

La actriz, de 65 años, representa el papel de Miranda, una vedette que le permite viajar en el tiempo hasta los que fueron sus inicios de una dilatada trayectoria. "Es un personaje muy divertido. Interpreto a una mujer muy excesiva, que lleva viviendo en el género de la revista toda la vida y se resiste a cambiar. Su mundo se está cayendo a su alrededor. Decir adiós a algo siempre cuesta", explica Fernández en declaraciones recogidas por la publicación 'Qué me dices!'.

A pesar de la edad, Bibiana asegura que se encuentra en plena forma, ya que "tampoco tengo otra alternativa". Sin embargo, no todo es alegría en la vida de Bibiana Fernández, quien también se ha referido a los graves problemas económicos que atraviesa con Hacienda y a su delicada situación financiera. "Este tema está igual porque no se acaba nunca. Yo no paro de pagar. Ya me lo han quitado todo. Como no me quiten las prótesis o los dientes, no sé qué me van a quitar. Yo sigo pagando. Sigo trabajando y me siguen quitando dinero", ha reconocido la actriz en la revista ¡Hola!.

La presentadora y televisiva, que actualmente vive de alquiler, ha admitido que "no tiene nada". "Pero no me importa. El problema es que me van a quitar la alegría. Cuando tú te ves siempre en el punto de partida y tienes ciento cincuenta años y sigues trabajando para pagar a Hacienda. Si ellos te dijeran una cantidad, pides un crédito al banco y pagas un tres por ciento de interés, que está hecho con finalidad de que gane el banco. El Estado te cobra el veinte por ciento y no puede ser", concluye Fernández, que no se cierra al amor, aunque "tiene que aparecer alguien que realmente merezca la pena".

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