La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco meses de cárcel a un hombre que le mordió la mano a otro tras llamarle "charnego" durante una discusión en un restaurante del barrio barcelonés del

Raval. También deberá pagar más de

8.000 euros a la víctima, a quien le amputaron medio dedo.

La Sección Octava ha considerado que no puede atribuirse totalmente la amputación a la mordedura del acusado, ya que la víctima

rechazó tomar el antibiótico, no se lavó la herida y no fue al médico hasta cinco días después de la agresión, contribuyendo así al resultado final.

Sobre las 00.30 horas del 8 de julio de 2005, el procesado, Pablo V.R., y la víctima, Pedro A.R., se encontraban en el restaurante

Tequila Boom BooM de la calle Nou de la Rambla. Ambos se enzarzaron en una discusión que subió de tono cuando Pablo V.R. llamó "charnego" a Pedro A.R. Este le respondió que "

era tan catalán como él" e, instantes después, lo agarró por el cuello, lo empujó contra la pared y le puso el dedo en la boca.

Durante el juicio, el acusado explicó que mordió el dedo a su agresor

durante "dos o tres segundos" para zafarse de él. A consecuencia del mordisco, Pedro A.R. sufrió una

fractura en una falange de la mano derecha y una herida en el dedo pulgar de la mano izquierda.

El médico que le curó la herida le prescribió antibióticos y le ordenó acudir a su Centro de Atención Primaria para que controlaran su evolución. La víctima hizo caso omiso a las recomendaciones hasta cinco días después, cuando ya

se le había necrosado el dedo y se le tuvo que amputar.

La Fiscalía solicitaba una pena de prisión de tres años y medio y una indemnización de 16.122 euros, mientras que la acusación particular pedía que se condenara al procesado a tres años de cárcel y a pagar 30.862 euros a la víctima. Esa "falta de diligencia y desinterés" rompe la

relación de causa-efecto entre la agresión y su resultado final, aunque médicos forenses explicaron que las mordeduras humanas pueden infectarse pese a la toma de medicamentos.