Los vecinos de Nápoles ya no soportan más las
toneladas de basura que se acumulan en las calles debido a la
falta de empleados en el sector a la
escasez de lugares pra almacenarla. Prenden fuego a los residuos y levantan barricadas, mientras la preocupación por la salud pública va en aumento.
Ante el
mal olor, la falta de higiene y la imposibilidad de transitar por las calles, los vecinos hacen caso omiso a la prohibición de quemar las basuras, lo que hace aumentar la contaminación ambiental debido a la
emanación de dioxinas. El presidente del Colegio de Médicos de Nápoles,
Giuseppe Scalera, ya ha advertido de que la situación higiénica está "al límite" y que se puede convertir en
"dramática" cuando suban las temperaturas.
Silvio Berlusconi y su
nuevo Gobierno acudirán a Nápoles el miércoles para celebrar su
primer Consejo de Ministros y abordar ya de paso la
crisis de las basuras. Los medios de comunicación italianos han informado de que Berlusconi propondrá diez nuevas áreas donde poder
construir vertederos.
Pero la paradoja es que, mientras la basura se acumula en las calles de Nápoles, continúan las protestas de los ciudadanos que
se oponen a la apertura de los vertederos cerca de sus casas. También son muchos los que opinan que detrás de los enormes problemas para resolver la situación de las basuras está
la mafia napolitana. La camorra tiene entre sus negocios el
reciclaje ilegal de desechos.
En el plan de Berlusconi también se incluye la
construcción de incineradoras de residuos y quizás el envió del Ejército a Nápoles para que colabore en las tareas de recogida y limpieza.
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